El Gobierno cubano anunció en La Habana el 09 Oct 2020 lo que se supone que era el fin de los tan criticados centros de aislamiento en Cuba ante la pandemia del coronavirus.
El primer ministro Manuel Marrero Cruz dijo en la Mesa Redonda que los contactos de sospechosos o casos confirmados de Covid-19 cumplirán el periodo de cuarentena en sus viviendas.
«Se ingresarán en el domicilio los contactos de casos confirmados y sospechosos», aunque habrá algunas excepciones, dijo.
La medida no incluía a los adultos mayores y a aquellos que careciesen de condiciones en sus hogares para permanecer aislados. Se excluía también a las personas que, por su conducta, fuesen propensos a incumplir las normas de seguridad.
«Ellos serán trasladados a los centros de aislamiento», aclaró.
Protocolo de aislamiento domiciliario. Falsedad.
Según Marrero Cruz, los casi 6.000 casos de coronavirus registrados en Cuba hasta ese momento habían conllevado al aislamiento en centros estatales de 115.299 personas, de las cuales solo el 4,6% dieron positivo.
Consideró que, al analizar esa estadística, «es posible que a un contacto sospechoso se le aplique un protocolo de aislamiento en su propio domicilio y obtener éxito».
Lo cierto es que siguen abiertos y en unas deplorables condiciones.
Hace 15 días una familia completa fue ingresada en el centro de aislamiento de El Cotorro. El padre había dado positivo y, en vez de hacer un test PCR a la familia, actuaron de la peor manera y sin respeto a la ciudadanía, internando preventivamente y por 14 días a todos los miembros de la familia, entre ellos una niña de corta edad.
La familia nos cede las fotos que tomaron en el centro y que ilustran este reportaje.
Estos centros de aislamiento van contra todas las normas sanitarias que prescriben los protocolos de la COVID 19. Las aglomeraciones de personas, de las que se desconoce si están infectadas del virus, solo producen más contagios.
Pero, además, en las pésimas condiciones de higiene que están estos centros de aislamiento solo aumentan los riesgos de infección, ya no solo por contagio del virus.
14 días en “prisión preventiva”.
Tras 14 días de penurias la familia salió del centro de internamiento sin haber dado positivo, lo cual se podía haber solucionado en el domicilio.
Estas son las cosas que emanan de “la mayor potencia mundial en medicina” como proclama el discurso petulante de la tiranía.
La alimentación no está adaptada para los más jóvenes y se compone de bajas calorías y muchas grasas, como siempre, el gobierno vigilando por la salud de su alta cúpula militar y dejando a un lado a quien paga con sus impuestos.
El arroz se presenta con alta carga de «proteínas» debido a los gusanos que los acompañan, según nos informa la familia.
Quejas que no se escuchan ni resuelven.
El primer ministro dejó claro que quedarse en casa para pasar la cuarentena implica cumplir «un protocolo, con la supervisión del médico de la familia».
Desde el comienzo de la pandemia numerosos ciudadanos de la Isla se han quejado de las condiciones de los centros de aislamiento, tanto por la mala calidad de los alimentos y la falta de higiene como por los riesgos de contagio que ha supuesto para muchos.
Por ejemplo, la periodista cubana Geisy Guia Delis, quien permaneció junto a su familia por más de una semana en el centro ubicado en la Universidad de Ciencias Informáticas denunció que la pusieron a compartir piso con personas con altos riesgos de estar infectadas.
La cubana Yenisleidys Reyes denunció en agosto en su cuenta de Facebook las malas condiciones en que se encontraba el centro de aislamiento para sospechosos de coronavirus ubicado la zona de Casablanca, del municipio Regla, La Habana, donde permanecía internada en espera de que le realizaran una prueba.
«Esto da asco y repugnancia», escribió Reyes acerca de la comida y la falta de higiene con que laboran los responsables del lugar, lo que demostró a través de fotografías.
En mayo el Gobierno anunció la decisión de mantener estos centros en vigor en una etapa pos Covid-19 en Cuba. Incluso se preparaban normativas jurídicas que amparaban esta decisión.
La decisión anunciada por Marrero Cruz significaría al menos la reducción de estos execrables sitios que continúan funcionando sobre todo en las provincias con incidencia de coronavirus como La Habana, Sancti Spíritus y Ciego de Ávila, pero nada ha cambiado.
