“Ninguno puede ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), porque no tienen la especialidad para tratar a estos pacientes críticos”
Los médicos cubanos que el régimen de La Habana envió a Perú. A colaborar en la lucha contra la pandemia de coronavirus no están preparados para atender a pacientes de cuidados intensivos. Aseguró una autoridad de ese país al diario Perú21.
Según la fuente oficial de la localidad de Moquegua, donde se encuentran los especialistas cubanos.
Ninguno de los profesionales tiene la preparación para tratar a pacientes críticos, lo que ha creado desazón en esa localidad peruana.
El consejero regional de Moquegua, Luis Caya Salazar, dijo a Parú21 que:
De los 16 profesionales que están en Moquegua, “ninguno puede ingresar a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Porque no tienen la especialidad para tratar a estos pacientes críticos”.
Caya Salazar denunció que de los 16 “médicos” integrantes de la delegación de Moquegua “solo seis son doctores. De los cuales uno es internista y el resto médicos generales. Los demás son técnicos en enfermería y enfermeras. Ninguno de los mencionados tiene los conocimientos para entrar a las UCI”.
Según el convenio firmado por el Ministerio de Salud peruano (Minsa) con La Habana. Los médicos que el gobierno de la Isla exportó al país sudamericano —un total de 85— son. «Especialistas en cuidados intensivos, medicina interna, neumología, epidemiología y otras especialidades”.
De total de galenos cubanos, además de los 16 destinados en Moquegua, 16 se encuentran en Ayacucho, 27 en Áncash y otros 26 a Arequipa. Por cada uno de estos profesionales el Gobierno peruano paga 2000 dólares mensuales en salarios.
Contrario a lo que la propaganda castrista anuncia sobre sus misiones médicas. Varias organizaciones internacionales, incluidas la Organización de Estados Americanos (OEA) y Prisoners Defenders. Así como defensores de los derechos humanos de la ONU y los propios médicos de la Isla.
Han denunciado que el trabajo de los profesionales de salud cubanos a manos del régimen de La Habana no es más que “trabajo forzoso” y “esclavitud moderna” en el siglo XXI.
En un reciente seminario web ofrecido por Javier Larrondo, presidente y fundador de Prisoners Defenders, este denunció que “el régimen de Cuba utiliza a sus profesionales cuando quiere y como quiere, y cuando esas personas ya no les son útiles o no quieren trabajar más para ellos, el gobierno tiene la capacidad de destruir sus vidas, y amenazar a sus familias; es una dinastía monárquica. Cuba es una Isla llena de esclavos que le sirven a una dinastía”.