A través de sesenta años hemos visto cómo la dictadura totalitaria cubana emplea la represión para perpetuarse en el poder.
Esta hidra, ahora de tres cabezas, continúa la represión política. Pero el pueblo unido acabará con ella y Cuba resurgirá muerta la hidra cubana maléfica.
El gobierno castrista viola el derecho a la vida, a la integridad personal, a la libertad individual, a la libertad de expresión, a la libertad de reunión, a la igualdad ante la ley, el derecho de manifestación, de asociación, de sindicación, el derecho a la propiedad, entre otros.
Estos derechos son inherentes a todos los individuos y no pueden ser restringidos por los gobernantes.
Son derechos innatos, no se pierden en ninguna circunstancia y nadie tiene potestad para privarnos de ellos.
El artículo 30 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos plantea: “Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados”. Por lo tanto, la represión nunca debe considerarse legítima, aunque en el caso de Cuba Fidel Castro la haya institucionalizado desde 1959.
Terrorismo de Estado
La represión de la hidra cubana va acompañada de violencia física y/o psicológica.
También se manifiesta mediante violaciones de los derechos humanos, brutalidad policial, encarcelamientos arbitrarios, exilio, extorsión, terrorismo, asesinato extrajudicial, juicios sumarios, tortura, desaparición forzada y otros castigos contra activistas políticos, disidentes y población en general.
Cuando, como ocurre en Cuba, es organizada por el Estado, estamos en presencia de terrorismo de Estado
Las constantes agresiones y represalias contra José Daniel Ferrer y activistas de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), o el encarcelamiento infundado de Luis Robles y Yasser Rodríguez por hacer uso de su libertad de expresión, no dejan lugar a dudas.
La represión sistemática y violenta de la hidra es una característica distintiva de las dictaduras y regímenes totalitarios como el de Cuba.
Represión perpetrada por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR). El Ministerio del Interior (MININT). El ejército. Las llamadas organizaciones de masas como la Federación de Mujeres Cubanas (FMC). Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) o la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Todos ellos colaboradores de la dictadura junto con grupos paramilitares conocidos como las Brigadas de Respuesta Rápida.
Los represores en la sociedad cubana.
En Cuba existen varios tipos de represores, como por ejemplo los represores violentos. Los represores de cuello blanco económicos o administrativos. Los represores de exportación (oficiales enviados a Venezuela, coordinadores de brigadas médicas, etc.).
En ocasiones son individuos de bajo nivel educacional, escasa cultura, sin integridad, violentos, personas fáciles de manipular que no necesitan de mucha persuasión para hacer daño.
Pero también reprimen los dirigentes, como demostró recientemente el ministro de Cultura Alpidio Alonso, al intentar arrebatarle el móvil a un joven periodista que demandaba ser escuchado. O como demuestra constantemente su viceministro Fernando Rojas con un discurso amenazante y agresivo en redes sociales.
Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
La Administración del presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, reintegró a Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. De la que había sido retirada en 2015 por el Gobierno de Barack Obama (2009-2017), durante el “deshielo” de la relación bilateral.
El gobierno cubano reaccionó airadamente al regreso de esta medida, pero el hecho es que durante décadas ha financiado y asesorado a guerrillas y grupos terroristas en América Latina y otras regiones del planeta.
Además, encubre y refugia a terroristas prófugos de la justicia de otros países, como a etarras, panteras negras, miembros de las FARC, o los cabecillas del Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuya extradición reclama el gobierno de Colombia.
Condenas predelictivas.
La hidra cubana sigue reprimiendo prácticamente todas las formas de disenso a través de un amplio abanico de prácticas abusivas que incluyen las detenciones arbitrarias, los actos de desprestigio, la censura, la vigilancia y el acoso».
Por su parte, Prisoners Defenders ha recabado datos de «cómo cada mes cuatro nuevos convictos de conciencia entran en las cárceles de Cuba.
Más de 250 opositores inocentes han entrado en prisión desde que la lista contara sólo con apenas 50 nombres, tras la liberación de 53 de ellos negociada por Barak Obama.
Igualmente, cada año en curso más de 10.000 personas son condenadas con penas de 1 a 4 años como consecuencia de desafección socialista por medio de condenas predelictivas, es decir, sin que se hayan cometido delitos por “observarse una conducta en contradicción con la moral socialista”».
Nuevas leyes para reprimir
En los últimos años la hidra cubana ha inventado nuevas normas legislativas para reprimir los derechos fundamentales de los cubanos.
Así entre los cambios legislativos más negativos en Cuba en los últimos años se encuentra el Decreto Ley 349, que criminaliza la expresión artística no tolerada, y que sigue en vigor.
Esta norma ha provocado la ola represiva contra los artistas, que ha llevado varios miembros del colectivo Movimiento San Isidro, entre ellos el artista Luis Manuel Otero Alcántara, a realizar una huelga de hambre como protesta por la detención del rapero Denis Solis, condenado a ocho meses de cárcel en un juicio sumarísimo por falso desacato.
Otra norma restrictiva es el Decreto Ley 370, que criminaliza la libertad de expresión en redes sociales con la posibilidad de multas impagables y, como consecuencia del impago, la cárcel.
Este decreto ha sido utilizado de manera masiva por el régimen cubano durante la pandemia de Covid-19 contra periodistas independientes.
Estas dos normas y las consecuencias que han tenido sobre la población civil de Cuba ha sido ampliamente contestadas por organismos internacionales, como Amnistía Internacional, el Observatorio Cubano de Derechos Humanos y Prisoners Defenders.
Blindando la dictadura.
Por otro lado, la Ley 131 de diciembre de 2019, Ley de Organización y funcionamiento de la Asamblea Nacional del Poder Popular y del Consejo de Estado de la República de Cuba también incluye un cambio para que el pueblo no pueda expresar su soberanía.
Si bien antes eran tan sólo necesarias 10.000 firmas en la Asamblea Nacional para someter a ésta una propuesta, ahora esta Ley indica que, además, cada una de las firmas deberá llevar un certificado de elector completo que es algo que sólo el Estado puede dar al ciudadano, uno por uno, por lo que se hace imposible recopilar firma alguna.
la Nueva Constitución declara irrevocable el sistema dictatorial
Y la más importante de todas las normas que rigen la vida de los cubanos, la Nueva Constitución, de abril de 2019, que lejos de aportar nuevos derechos, supedita expresamente a las leyes de grado inferior los mismos derechos que parece conceder, por lo que los deja inamovibles, pero además marca la supra constitucionalidad del Partido Comunista como máximo y supremo órgano de poder del Estado de Cuba, y declara como irrevocable el sistema dictatorial actual, por lo que aleja del pueblo toda soberanía sobre su futuro.
El régimen sabe que el miedo es un instrumento muy efectivo de control.
Ahora, también saben que llega un momento en que los pueblos sometidos empiezan a liberarse de ese temor, porque la situación es grave, y terminan rompiendo las cadenas. La hidra cubana tiene que morir para que Cuba sea libre.
Eso va a llegar. Pero creen que, cuanto más castigo contra disidentes y el pueblo en general, más tiempo les va a durar el beneficio.
En el caso del 27 de noviembre hubo crecientes muestras de solidaridad, de apoyo, de personas no organizadas, que veían en Facebook o en YouTube lo que estaba pasando, lo que el movimiento San Isidro defendía y decidían acercarse a brindarles respaldo.
Ellos, la hidra cubana, son quienes mejor saben que no han podido controlar este grupo, que va a seguir creciendo y fortaleciéndose.
Los primeros en enterarse de cómo está el sentir del pueblo, cómo vibra entre la población el deseo de cambio, son las fuerzas represivas.
Son los que recogen el estado de opinión. Son más rápidos que cualquier periodista independiente, que cualquier analista de la oposición.
La gente les está perdiendo el miedo y cada vez son más
La conclusión es: “la gente nos está perdiendo el miedo y cada vez son más. Esto se está poniendo malo”
José Daniel Ferrer declaraba en una entrevista: “A mí me han dicho en las últimas detenciones altos oficiales, incluyendo el jefe de la represión directa, un teniente coronel, que ellos saben que las condiciones objetivas para el cambio en Cuba están dadas, pero que las subjetivas no, porque la gente está para otra cosa y no para producir el cambio”.
Yo me sonrío y le digo: “bueno, tú y yo sabemos que las condiciones objetivas están dadas desde hace mucho tiempo y que las subjetivas avanzan de una manera tan rápida que ustedes están tan asustados, que ya no saben qué inventar para evitar que lo inevitable se produzca en cualquier momento, que cientos de cubanos digan: “¡Basta! Quiero mi derecho, quiero mi libertad”.
El régimen trata de confundir a través de su televisión. Busca justificarse, pero sabe que muy pocos le van a creer.
La represión es una realidad, pero, además, los métodos que utilizan son los de quienes temen a las consecuencias de una represión directa y fuerte.
Para atacar al Movimiento San Isidro, a la Unión Patriótica de Cuba o a cualquiera dentro de la oposición pacífica cubana, el régimen trata de confundir a través de su televisión. Busca justificarse, pero sabe que muy pocos le van a creer.
¿Por qué el gobierno actúa así?. “Ah, porque el crimen es feo, y por poderoso que sea el que lo comete, siente la necesidad irresistible de justificar sus malas acciones”.
¿Por qué tantos montajes, tantos reportajes en la televisión, tantas historias falsas para justificar las acciones?. “Porque no solamente quieren justificarse, quieren asustar a los demás, porque temen que se sumen, participen, hagan cosas. Le están diciendo al pueblo constantemente, miren esto: prisión, condenas, vamos a ser implacables”.
Y eso es precisamente porque no están tan fuertes, porque le temen a un pueblo que crece, que está cansado de opresión, de miseria, de represión.
Así es que están poniéndole los clavos a su propio ataúd. Ahora, como el proceso es el de un régimen de escasez parece que no encuentran los clavos suficientes para acabar su ataúd. Pero lo vienen construyendo de manera irreversible.
Recogerán lo que vienen sembrando.
Están próximos a recoger lo que ellos han venido sembrando: descontento, rebeldía, sobre todo de una juventud cansada de que la engañen y mientan.
Es gente que no quiere seguir esperando que las cosas se solucionen solas.
El hambre en Cuba es terrible. Lo que pasa es que muchos no se atreven a decirlo. Especialmente los que más sufren. Si no tienen para comer, menos les alcanza para un teléfono o una conexión a Internet para divulgar lo que padecen.
En honor a la verdad, salvo algunos activistas muy concientizados, la mayoría se ocupa de su sobrevivencia.
Por eso no se dedican a salir a los barrios marginales a monitorear, a filmar, a documentar cómo es la realidad del hambre, cómo es la situación con las medicinas, con las enfermedades, etc.
La gente ha ido venciendo su temor porque el hambre y las necesidades son más fuertes que toda la amenaza, que todos los obstáculos que el régimen impone para que no sigan adelante las protestas.
Las promesas de la revolución se han desmoronado.
Es en Cuba en donde los obreros trabajan en las más difíciles y complejas situaciones y reciben los más bajos salarios del continente.
Es decir, ese cuento de que estamos en presencia de un modelo que vino a preocuparse por los más humildes y a garantizarle no solo la independencia, la soberanía, sino también el bienestar al pueblo de Cuba se ha desmoronado por completo.
“Somos conscientes de que nos engañaron, nos estafaron”.
En realidad, lo que hicieron fue crear un sistema que los ha llevado a gozar de más poder que un rey absolutista de la Edad Media. Mientras el pueblo tiene que trabajar en condiciones de esclavitud, de miseria, sin derechos, ni libertad.
Al cubano se le encarcela, tortura, se le hace la vida imposible y se les acusa de ser mercenarios de una nación extranjera.
Si los Estados Unidos apoyasen a Cuba como el régimen cubano apoya al de Venezuela, o como los rusos apoyaron al régimen cubano, o como se apoyan entre ellos rusos, iraníes, venezolanos, hace tiempo que Cuba no tendría una dictadura.
Si los opositores estuviesen pagados o recibiendo tantos recursos como la hidra cubana dice, no estarían como locos buscando cómo alimentarse.
La vida diaria del cubano es la mejor prueba de quién miente y quién dice la verdad.
Pero, un día muy cercano, el pueblo acabará con la hidra cubana con la espada grabada con el lema ¡¡PATRIA Y VIDA!!.