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Preso ahorcado en la prisión La Condesa en Cuba

Hallan un preso ahorcado en la prisión para extranjeros La Condesa, en Güines.

Christopher, de nacionalidad jamaicana, apareció ahorcado la pasada noche en la prisión La Condesa.

El horror que vivó Christopher antes de suicidarse.

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Mapa de la prisión para extranjeros La Condesa

Este hombre, que había sido detenido en 2018 o 20019, no tengo la fecha exacta. Acusado de tráfico internacional de drogas y condenado a 17 años de prisión, cumplía sobradamente los requisitos que la ley cubana establece para que los enfermos puedan ser extraditados a sus países de origen.

Christopher sufría varias enfermedades y continuamente solicitaba la asistencia médica en la prisión La Condesa, pero los guardias, insensibles y manipulados políticamente le negaban la asistencia médica por ser repetitiva.

Lo cierto es que Christopher no conseguía obtener ninguna mejora por parte del joven e inexperto médico que acude a las instalaciones de la prisión durante dos horas al día. Su sistema, conocido por todos, es beber mucha agua y descanso.

Sea por la falta de medicamentos en Cuba, sea por la falta de profesionalidad de este y tantos médicos cubanos, Christopher nunca fue atendido suficientemente como para que su dolencia remitiese durante los años que permaneció allí.

Había sido enviado a la prisión de máxima seguridad denominada Combinado del Este por sus quejas relativas al servicio médico y como castigo por ellas.

Después fue devuelto a la prisión La Condesa sin ninguna mejoría ni un tratamiento adecuado a su dolencia que llevaba años afectándole.

El Código de Justicia del infierno cubano y sus resultados.

Las condenas en Cuba rebasan cualquier régimen disciplinario del mundo. Además de que el reo se ve obligado a someterse a un proceso jurídico vacío de pruebas, sin prácticamente asistencia letrada, ya que el abogado conoce al reo unos minutos antes de iniciarse el juicio. No existe un periodo de pruebas para que el abogado pueda presentarlas en su defensa y el veredicto está «cocinado» como dicen en el argot de la prisión.

Ante las repetidas demandas de Christopher para ser atendido de sus enfermedades y el vacío mental que produce la negativa, por parte de las autoridades cubanas, a recibir el tratamiento y los derechos que la propia ley que ellos han redactado hizo que la pasada madrugada del día 8 de febrero de 2022, Christopher tomase la terrible decisión de acabar con su vida al no ver, como tantos miles de presos en las cárceles cubanas, un atisbo de futuro para su vida ahorcándose en la enfermería con una sábana.

He podido asistir al terrible e increíble acto de cortarse los testículos un preso y lanzarlos al patio de la prisión. Esto lo explico en mi libro La Gran Prisión y fue una de las sensaciones más duras que viví durante los años que cumplí una condena injusta y sin pruebas en mi contra, antes bien, había muchas pruebas a mi favor, pero fueron obviadas y no fueron tenidas en cuenta. También he visto como un preso se cortaba los ojos con una cuchilla de afeitar porque, Modesto, el mayor jefe de la prisión de Guantánamo, se negaba a verle.

La constante presión psicológica, la falta de respeto, las penurias físicas, psíquicas, sanitarias y alimenticias que hay que soportar en la prisión La Condesa, al igual que en el resto de las prisiones de Cuba, no están diseñadas para hombres corrientes, sólo verdaderos titanes consiguen salir vivos de allí.

Lo normal es salir con graves problemas psicológicos de por vida, con taras mentales graves, con deseos de venganza, sin voluntad de reintegrarse a una sociedad. Porque la sociedad ha tratado al reo cruelmente. Por tanto, el fin último de la prisión, que es la rehabilitación, jamás se consigue en Cuba por el trato salvaje, despiadado y el maltrato psicológico continuo, las 24 horas del día -porque de madrugada, mientras duermes, te inspeccionan y te despiertan- al que la revolución castrista somete al ser humano.

Desnutrición y negativa para comprar alimentos.

Tenemos noticias contrastadas de que, inclusive la alimentación que se paga con dinero de los presos está restringida.

El jefe de la prisión no permite que, con su propio dinero, el preso haga compras de alimentos para sobreponerse a una dieta hipocalórica, en la que la leche, las verduras y la carne, no existen.

La desnutrición es total y al preso se le intenta llenar la barriga a base de grasas saturadas como sopas hechas con las partes más grasientas del cerdo y sin ningún otro aditamento. Estas sopas se repiten continuamente y siempre se aprovecha la misma parte del animal, por lo cual, con un pedazo de sebo se hacen primeros platos durante tres días para toda una prisión.

El plato fuerte puede consistir en una croqueta hecha de masa de pan, sólo harina. Esta es la alimentación básica en la prisión La Condesa y cuando el reo compra comida en el exterior el jefe de la prisión se lo niega porque no entiende que él, siendo mayor del ejército revolucionario, cobre 14 $ al mes y el reo pueda gastarse 50 $ sólo en comida.

El odio al capitalismo, el odio al bienestar, el odio a todo aquel que tiene lo que ellos desean tener es lo que hace que estas personas se conviertan en verdaderos matarifes, en crueles carcelarios que viven atormentados por la presencia de un grupo de extranjeros que sufren enormes condenas pero que, para ellos, son verdaderos millonarios, ya que la capacidad económica de estos pobres y miserables servidores uniformados de la revolución está en el nivel más bajo del mundo.

El lugar donde Christopher se ahorcó.

La enfermería de la prisión La Condesa era un lugar en el que había capacidad para 12 o 15 enfermos. Curiosamente nunca se ha utilizado para aislar a los enfermos, de esta manera todos los que están enfermos contagian a los demás en los destacamentos -destacamento es un local en el que hay entre 40 y 50 presos-.

La enfermería siempre sirvió para meter a los presos recién llegados durante una semana, que es el tiempo que tardan los análisis en llegar para verificar que este nuevo preso no tiene VIH. El resto del año puedes estar enfermo de mil cosas diferentes que el médico nunca te va a mandar a la enfermería, de esta manera la enfermedad siempre se pasa al destacamento y se contagian unos a otros. Convirtiéndose una enfermedad en una epidemia para toda la prisión. Pero esto no es importante ni para el médico ni para el jefe de la prisión.

Hace algún tiempo, la enfermería, debido a la escasez de espacio para albergar a los presos, se convirtió en un destacamento más. Quedando así reducida la enfermería a un pequeño habitáculo de 2 × 2 m² en el que realmente metían a aquellos que estaban muy graves y no sabían qué hacer con ellos pues, el traslado a hospitales está muy restringido y los medios de transporte consisten en un vehículo que tiene más de 35 años y unos problemas mecánicos imposibles de resolver para Cuba.

Christopher estaba recluido en aquella pequeña enfermería, donde no recibía ningún tratamiento médico ni mucho menos psicológico. Era un aislamiento.

Él cumplía con todos los requisitos para su deportación. Pero las autoridades cubanas, en concreto y específicamente el jefe de la prisión, se negaban a concederle el derecho a su traslado a su país, Jamaica.

Desesperación y falta de sentido para seguir viviendo.

Cuando una persona lleva tantos años internado en el infierno llamado La Condesa, sufriendo a diario diarreas, maltrato físico, maltrato psicológico y penurias de todo tipo, sólo espera que llegue el día en el que cumpla la parte de sentencia que le asigna el código penal para poder tener el derecho reconocido legalmente de ser extraditado a su país o el derecho de ser expulsado.

Pero las autoridades cubanas se niegan a cumplir sus propias leyes. Y en ello está implicada la Fiscalía General del Estado, 15 y K, es decir la Seguridad del Estado y fundamentalmente el jefe de la prisión que es el que tiene que hacer los informes favorables según determina la ley, para concederle al reo el derecho que le asiste legalmente.

 Cuando estas personas se niegan a cumplir con su deber, un año tras otro, el reo pierde toda capacidad mental para vislumbrar un futuro en libertad, por lo cual su vida ya no tiene sentido. Está atormentado por tanto dolor minuto a minuto, día a día, semana a semana, mes a mes, año tras año y decide que su vida ya no tiene sentido, que es mejor partir de este mundo.

Esto es lo que ocurrió con Christopher, un hombre que imaginó como última opción que el tráfico de drogas era el único sistema para conseguir que él y su familia saliesen de la inmensa pobreza en la que vivían.

Un error que la revolución cubana no perdonó, ellos que hablan de derechos humanos hacen todo lo posible para que ningún derecho humano se cumpla y diariamente miles y miles de cubanos y extranjeros sufren el terror de este gobierno al que poca atención prestan las Naciones Unidas.

El caso de Omar, otro fallecido en La Condesa por negligencia médica.

Nos viene al recuerdo la muerte de Omar Núñez, un hombre mayor, afectado de varias patologías clínicas y que también fue desatendido, falleciendo lamentablemente durante su traslado al hospital. Los “inteligentes” que le trasportaban, en vez de acabar el breve trayecto que les quedaba hasta llegar al hospital decidieron darse la vuelta, cuando una reanimación pudiera haber devuelto la vida de Omar.

Omar Núñez

Un clarísimo cuadro de infarto, «de libro», nos dice el médico preso que le atendió. Llamó al guardia de servicio, de nombre Paz y le pidió asistencia médica, este le respondió «mantente» y no le hizo ni caso. Al día siguiente estaba prácticamente muerto. Tampoco creo que hubiesen solucionado nada porque el médico va dos horas al día y solo hay una enfermera, a partir de mediodía, cuya formación profesional es nula.

A partir de entonces empezaron a tomar la tensión arterial a los hiper e hipo tensos, pero eso duró como dura en Cuba todo, tres días. En cuatro años no vi una orden dada por el jefe de la prisión que se cumpliese más de tres días y así se lo hacía ver a mis compañeros. Asustados por las nuevas medidas les decía que no se preocupasen, que eso no duraría una semana y efectivamente así era. El descontrol, la incapacidad del MINIT de aceptar y mantener normas es sobrecogedora. En mi vida, tras más de 30 años dedicado al servicio del ejército español, jamás he visto un ejército más indisciplinado que el cubano.

Las conclusiones de la Fiscalía fueron que Omar tomaba una dieta alta en carbohidratos. Algo que de por sí se cae ya que en las prisiones cubanas si falta de algo son carbohidratos.

El maquillaje de esta y tantas otras situaciones se hace de modo mafioso. En este caso, al hijo de Omar le ofrecieron llamadas indiscriminadas a su familia y a su novia, con lo que, el pobre ignorante, se vio satisfecho. Así actúa la mafia del MINIT cubano, aprovechándose de la debilidad y de la ignorancia intelectual de la mayoría de sus presos. Algo que no han podido hacer con el abogado canadiense Benjamin Tomlim al que tienen secuestrado en el Combinado del Este por haberse puesto en contacto con diferentes medios periodísticos para denunciar su situación ilegal.

Cortesía de la familia
Abogado canadiense Benjamin Tomlim, secuestrado por la Seguridad del Estado cubano en el Combinado del Este

Sentencias de por vida.

En La Condesa continúa Angelo Malavasi y Simone Pini, acusados de asesinato y condenados a 25 años, cuando ambos se encontraban fuera del país. Otro encierro fraudulento que hemos podido verificar con diferentes personas de la provincia de Bayamo y que se niegan a hablar por miedo pero que reconocen que ninguno de los dos estaba implicados en esa muerte. El mismísimo Vaticano dijo que les iba a ayudar por las pruebas presentadas ante las autoridades cubanas, pero nunca se hizo realidad. Otro caso que explico detalladamente en mi libro, La Gran Prisión.

Cuba tiene que arder de punta a punta y la sangre de los cubanos ser derramada a raudales para liberar a la nación de la gran opresión que el castrismo trajo a esta gran nación. Mientras todos los cubanos no se unan para una sagrada revolución en aras de la victoria por la libertad, los cubanos seguirán muriendo en vida, la pobreza, la miseria, la prostitución de madres e hijas será el reclamo del turismo.

Una revolución sólo se hace con armas y con sangre, mientras sólo haya palabras y líderes que se expatrian a España por su seguridad y miedo, jamás Cuba será libre.

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  1. Pingback: Jamaican prisoner commits suicide in prison for foreigners La Condesa, in Mayabeque - Nenroll-Nenroll

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