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Cuba sigue en pie de guerra tras el 15N.

Cuba sigue en pie de guerra tras el 15N. Las protestas aumentaron en Cuba en noviembre, a pesar de la represión brutal a la que el régimen comunista sometió a la población llamada a manifestarse el 15N.

El Observatorio Cubano de Conflictos reportó 353 manifestaciones populares durante el mes de noviembre, 8 más que en octubre.

Informe del OCC tras el 15N.

“Doscientos sesenta y seis, la aplastante mayoría, fueron de naturaleza política, mientras que 87 fueron de naturaleza económica y social a pesar de que continúa la crisis en el país. Lo que quiere decir que la represión solamente ha multiplicado la protesta y radicalizado las demandas de la población. Así lo indicó, en conversación con Radio Televisión Martí, Juan Antonio Blanco, director ejecutivo de la organización con sede en Miami.

Cuba sigue en pie de guerra y las acciones cívicas en noviembre pusieron de relieve una postura más pronunciada desde el 11J. “el 75% han pasado a ser, eminentemente, por derechos políticos y civiles».

El informe añade que estuvieron basadas en exigencias del cese de la violencia, la libertad de los presos políticos, derechos para todos los cubanos y el inicio de un proceso de cambio hacia la democracia.

“También ocurrieron denuncias de arbitrariedades y desamparo legal del ciudadano común e injustas condenas contra protestantes pacíficos; sobre torturas en las cárceles, actos de repudio, represiones, golpizas, prisión domiciliaria, y expulsiones de centros de trabajo», denuncia el informe.

“La otra conclusión a la que hemos llegado es que el 15N, que no fue un día, sino una jornada de convocatoria hacia ese día, fue una derrota real y palpable del gobierno. Incluso estadísticamente el Gobierno tuvo que reconocer de una forma evidente que el pueblo se iba a botar para la calle con números superiores al 11 de julio si no desplegaba una ocupación militar de toda la República, lo que nunca había ocurrido en 62 años, ni siquiera los años de la Guerra Civil, cuando había alzados en el Escambray, había operaciones clandestinas en las ciudades”, dijo Blanco.

“Ocurrió que ahora han movilizado una fuerza militar paramilitar y policial en todos los centros urbanos y parte de la población rural para neutralizar cualquier tipo de protesta”.

3416 manifestaciones populares registradas en Cuba.

Las 87 expresiones de descontento relacionadas con los derechos económicos y sociales se produjeron por la explotación laboral a cuentapropistas y reclutas. Las severas multas. Los feminicidios. Las malas condiciones en las prisiones. El desamparo de veteranos y retirados. El desabastecimiento y corrupción en las tiendas de dólares», precisa el Observatorio Cubano de Conflictos.

El registro de la entidad de derechos humanos acumula 3.416 demostraciones de que Cuba sigue en pie de guerra desde hace 14 meses. Y arroja que la conflictividad se ha triplicado en un año, si se comparan las cifras de noviembre de 2021 y el pasado año.

El malestar popular y la crisis económica seguirán lastrando al país tras la marcha a España de Yunior García, el promotor de las protestas en la isla

Tras el enorme dispositivo policial y militar desplegado por el gobierno castrista frustrando la Marcha Cívica, se produjo la salida inesperada hacia España del líder de la Plataforma Archipiélago.

Acuerdos entre el Ministerio del Interior español y cubano facilitaron la salida de Yunior y el gobierno cubano se quedó tranquilo sintiendo que lo alborotadores estaban fuera de la isla.

Nada más lejos de la realidad, pues es el pueblo cubano en sí quien se niega día a día a aceptar este gobierno dictatorial.

Ha quedado claro que, aunque se hayan acallado las voces de la protesta, el malestar del pueblo continúa.

Las cosas han cambiado en Cuba y el gobierno lo sabe.

Con la presión ejercida en los días previos y el despliegue policial el Gobierno ha sido capaz de mantener el control en las calles el 15-N.

Pero también, aseguran diversos académicos e historiadores, hay un hecho que no pueden desconocer las autoridades. Las cosas en Cuba han cambiado y no pueden seguir gobernando como antes, pretendiendo que no ha pasado nada y desconociendo a una juventud que cada vez va a ser más crítica. Cuba sigue en pie de guerra.

“Procesar la diversidad existente es un Rubicón en la Cuba actual”, señalaba el investigador y exdirector de la revista universitaria Alma Mater Julio César Guanche. “La diversidad existe, se expresa, y va a seguir demandando canales de expresión. Es el país de hoy. La promesa de cómo tratar esa diversidad no puede ser mantenerlo en pie de guerra con actos de repudio y/o afirmación repetidos hasta el infinito. La diferencia existe. Hay que vivir con ella y reconocer la legitimidad del conflicto”, escribía Guanche sobre el día después del 15-N en sus redes sociales.

“El país es más diverso que lo que muestran las guerras de canciones y de colores. Contra lo que algunas zonas quieren hacer ver, por su propio interés, no hay solo dos opciones. El Gobierno no tiene como única opción lo que está haciendo. La crítica y la contestación social no tienen tampoco un único camino”. Opina este historiador, señalando que “no estamos ante problemas de un día, ni relacionados con una persona en específico”.

Y agregaba: “Hay apoyos al Estado cubano que no son aprobaciones de los actos de repudio ni de las retenciones ilegales, ni de los juicios sumarios, ni de las peticiones de sentencias de 25 años. Ni toda oposición en Cuba está financiada por los EE UU, ni es antipatriota por el hecho de ser oposición”.

El régimen se mantiene a base de represión de la ciudadanía.

Para la historiadora Alina Bárbara López, coordinadora del portal La Joven Cuba, lo ocurrido el día 15 no es sorpresivo, era algo esperado. En Cuba, aseguró, “las presiones sobre la ciudadanía son muy grandes, y si algo ha quedado demostrado de modo transparente es el modo en que se gobierna, ya no por consenso, sino mediante la violencia y la represión”. A su entender, “el 15-N logró un objetivo importantísimo, que es demostrar a la ciudadanía y a la opinión pública internacional cómo funciona el Estado”.

Sobre la salida de Yunior García del país, prefirió no opinar, pero consideró que “liquidando liderazgos y presionando a las personas más comprometidas para que se vayan de Cuba, el Gobierno lo único que hace y pretende es ganar tiempo”. Advierte de que esto no servirá de nada. Con un malestar popular y circunstancias económicas como las que se viven en Cuba, y “cuando los de arriba no pueden seguir gobernando con los mismos métodos, y los de abajo ya no se adaptan a ser gobernados de ese modo”, comienza un “momento histórico” nuevo, opina. “En los momentos históricos se puede ganar tiempo, pero estos tienden a ser irreversibles cuando llegan a un punto determinado, que es lo que está pasando en Cuba”, asegura. Pasó el 15-N y el 16-N, Yunior García está en España y habrá que ver ahora los siguientes movimientos de La Habana.

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