Con las manos manchadas de sangre no se puede legitimar el gobierno de una nación y Díaz Canel las tiene empapadas en sangre.
La radical y brutal represión que las fuerzas policiales y militares han derrochado en la última semana contra un pueblo que clama democracia es el mayor síntoma de debilidad que la dictadura cubana ha tenido en 62 años.
Una guerra civil, no se puede denominar de otra manera a lo que está pasando en Cuba.
Enfrentamientos sangrientos entre cubanos, unos de uniforme y otros de civil. Unos a cara descubierta y otros portando armas y bates de beisbol para arrancar la vida de cuantos claman por una Cuba libre.
Ya hay muertos. Estarán satisfechos estos militares, hombres y mujeres cubanos cuyo trabajo es salvaguardar el bienestar social y la justicia.
Uniformados, hijos, hermanos y amigos de todos los que están al otro lado pidiendo una democracia que saque a Cuba de la miseria en la que el comunismo, al que les llevó engañosamente Fidel Castro, les tiene sumidos hace 62 años.
Y no hablemos de los otros, los que inundan las redes sociales con perfiles falsos para encubrir la dictadura más genocida que se haya visto en América. Esos que van también vestidos de civil, transportados en autobuses del MININT y que con bates de beisbol se aprestan a sesgar la vida de los que sin otra arma que sus voces, claman por los derechos universales.
Cuba será un baño de sangre. El odio entre hermanos lo ha creado y alimentado el comunismo.
Hace unos días escribía pidiendo marchas pacíficas. “Entregar girasoles a los militares para que sepan que son vuestros hermanos”-eso decía yo desde mi inocencia-, ahora no tengo más remedio que retractarme. Jamás pensé que el odio de la dictadura al pueblo llegase hasta los límites que tu desgobierno lo ha manifestado.
Ahora solo queda responder con violencia, la violencia que tú Miguelito le has pedido a tus partidarios.
Esta revolución del pueblo cubano no se va a acabar porque las personas no olvidan, perdonan, pero no olvidan. Esta masacre contra la libre expresión de un pueblo no será olvidada. Ya está en el corazón de todos los cubanos y allí permanecerá latente por siempre hasta que resurja. Será un volcán activo por toda la existencia de la dictadura y un día acabará cubriendo de lava ardiente el Coliseo y todos sus integrantes.
Díaz Canel y Raúl Castro, este ultimo ya las tenía, tienen sus manos manchadas de sangre y esos les ilegitima como representantes de una nación.
Nosotros, el pueblo de Cuba.
La Constitución de Cuba de 2019 dice:
NOSOTROS, EL PUEBLO DE CUBA, inspirados en el heroísmo y patriotismo de los que lucharon por una Patria libre, independiente, soberana, democrática, de justicia social y solidaridad humana, forjada en el sacrificio de nuestros antecesores; por los aborígenes que se resistieron a la sumisión; por los esclavos que se rebelaron contra sus amos; por los que despertaron la conciencia nacional y el ansia cubana de patria y libertad;
¿Quiénes sois “nosotros, el pueblo de Cuba”?. Vosotros sois una élite de farsantes, multimillonarios, con privilegios que nadie puede tener en Cuba. ¿Vosotros sois el pueblo?, de ninguna manera.
La misma constitución queda anulada en su prólogo por falsedad, porque os habéis apropiado de un título, representantes del pueblo, que nadie os ha otorgado. Vosotros mismos, al más puro estilo dictatorial os habéis coronado sin que el pueblo se exprese libremente.
¿A qué llamáis democracia y justicia social?. ¿Acaso representáis al pueblo?. ¿Acaso en 62 años ha habido justicia social en Cuba?
Ahora, quien se resiste a la sumisión y a la esclavitud son los ciudadanos de Cuba. Porque vosotros habéis repetido la historia, volvisteis a esclavizar al pueblo cubano y ahora se revela pidiendo conciencia nacional, patria y libertad, todo lo que le quitasteis y todo lo que decís que debe ser alabado de aquellos aborígenes.
Justicia social y democracia.
El ARTÍCULO 1 de esa falsa constitución dice que el gobierno de Cuba es un Estado socialista de derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano, organizado con todos y para el bien de todos como república unitaria e indivisible, fundada en el trabajo, la dignidad, el humanismo y la ética de sus ciudadanos para el disfrute de la libertad, la equidad, la igualdad, la solidaridad, el bienestar y la prosperidad individual y colectiva.
¿Dónde está la justicia social y la democracia, Diaz Canel?. ¿Es justicia social reprimir hasta la muerte las manifestaciones populares exigiendo comida, medicinas y dignidad?.
¿Qué es para ti y tu élite el humanismo y la ética?. ¿Acaso conoces el significado de alguna de esas palabras?.
Igualdad, solidaridad, bienestar y prosperidad. Pero ¿no se os cae la cara de vergüenza decir eso a un pueblo muerto de hambre, sin las más mínimas condiciones, con el salario más bajo del mundo y por debajo de las prestaciones de la mayoría de los países de Africa?.
Miguelito, tienes tus días contados. Tus manos están manchadas de sangre. Sangre del pueblo al que dices que representas.
Antes o después, caerás, se te juzgará a ti y a los tuyos por delitos de lesa humanidad y como en el juicio de Nuremberg todos acabareis en prisión hasta que vuestros cuerpos sean enterrados entre salivazos y pedradas de odio por el inmenso daño que habéis hecho al pueblo cubano durante seis décadas.