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El maltrato físico y sicológico en las prisiones cubanas.

En las prisiones de Cuba se dan principalmente dos tipos de maltrato, el físico y el sicológico. Este último es mucho más dañino que el anterior, pues afecta al nivel cognitivo del individuo.

Las técnicas de interrogatorio.

Las técnicas de interrogatorio son extremas, haciendo que el individuo pierde la noción del día y la noche. Para ello se les encierra en celdas donde la relación con el horario del día se determina por las comidas. No no por los niveles de luz.

Durante toda la noche las luces permanecen encendidas, de esta manera se pierde la noción del tiempo. Los interrogatorios se pueden realizar a las cuatro de la madrugada. En un despacho minúsculo, en el que el aire acondicionado puede estar muy frío o muy caliente. De esa manera el preso está congelado o sudando copiosamente.

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Policia cubana en La Habana. Represión.

El preso llega a creer que es de día. Mientras se le somete a una batería de preguntas cuyas respuestas son anotadas en función del interés del investigador. Ya que la acusación ya está formulada y no se trata de verificar los hechos. Sino de que el preso declare exactamente lo que el instructor ya ha escrito en la causa como hechos irrefutables.

El instructor varía, no es siempre el mismo, de esta manera el preso no puede decir que ya declaró ante él. Una y otra vez te obligan a contar lo mismo y, por todos los medios, intentan que declares lo que ellos quieren.

La ciencia, la lógica y la razón.

«La ciencia, la lógica y la razón» son la única prueba para sentenciar en la mayoría de las ocasiones.

Es decir, el instructor cree que los hechos se desarrollaron de cierta manera y escribe un relato novelado de terror y corrupción y esto es inamovible.

Este relato es el que irá a juicio y la declaración del preso no servirá absolutamente para nada. No obstante, por todos los medios intentan que firmes una declaración que es la copia de la historia de terror que inventó la mente corrupta del instructor.

Muchas veces este relato es prácticamente idéntico al de otros hechos delictivos, pues ya lo tienen archivado en el ordenador y es simplemente cambiar las fechas y los nombres.

Tanto es así, que he visto como en un solo día le llegaban a un preso tres peticiones de sentencia diferentes realizadas por la fiscalía, ya que se habían equivocado en el delito y las fechas.

Pero esto no es problema, ya que, en pleno juicio el abogado le hizo ver al juez que con la fecha que se le imputaba un delito a su cliente éste no se encontraba en el país, a lo que el juez respondió «si no fue con esa fecha sería con otra, eso no tiene importancia».

Así tenemos a dos italianos acusados de asesinato y violación. Ambos presentaron sus respectivos registros de control de emigración en los que figuraba que con la fecha que se les imputaba el delito se encontraban fuera del país. Es el caso de Ángelo Malavasi y Simone Pini.

A la justicia cubana le da igual los hechos, lo importante es lo que ellos creen.

Prisión por sospecha.

El maltrato físico y sicológico en prisiones cubanas es una realidad. Un americano y un cubano nacionalizado en Estados Unidos viajaron a Bahía Hemingway, en la lancha llevaban dos GPS marcando el itinerario exacto. Al llegar a puerto preguntaron a una patrullera donde podían pedir el visado para pasar el fin de semana. Fueron acompañados y detenidos bajo la acusación de tráfico de personas por qué la policía sospechó que no venían de turismo.

Las pruebas no existían, los GPS mostraban que la lancha salió de Miami directamente a Bahía Hemingway en pleno día. Pero la policía los encarceló y fueron sancionados con cinco años de prisión. Esta vez no se pudieron quedar con la embarcación porque era alquilada.

maltrato físico y sicológico en prisiones de Cuba
anifestación contra las torturas del gobierno

Durante la instrucción del caso los aislaron y llegaron a meterles compañeros de celda que eran policías camuflados. Esto es muy normal en todas las prisiones de Cuba. Estos individuos se hacen pasar por buenos amigos e intentan que les cuentes «la verdad» es decir, lo que ellos quieren oír. Finalmente se ensalzaron en una dura pelea de tres contra uno por qué el americano no declaraba lo que ellos querían oír.

Castigos físicos.

De esta manera no son los guardias los que te pegan, sino supuestos presos que son, en realidad, policías.

Independientemente de esto, el maltrato físico y sicológico en las prisiones de Cuba se ve a diario. La actitud de los policías es siempre muy abierta, se dejan tratar como uno más para ganar tu confianza, pero están esperando que te relajes, que les hagas la más mínima broma o comentario para «caerte encima» como ellos dicen, es decir, para darte una paliza a puñetazos.

Después eres conducido a la celda de castigo donde estarás incomunicado. A esa celda vendrán a despertarte de madrugada, a reírse de ti y humillarte. Si te atreves a insultarlos entrarán, de rociaran gas pimienta y te molerán a golpes.

En la prisión para extranjeros La Condesa ocurrieron varios casos como este de maltrato físico y sicológico en prisiones de Cuba. He visto al ruso Dimitri ser llevado arrastrando por el suelo por tres policías, sangrando por la cabeza y, como no podían evacuarle al hospital para evitar expediente sanitario, lo dejaron en el botiquín con anestésicos hasta el día siguiente que fue vuelto a meter en la celda de castigo.

Jean, un francés mulato, también recibió su paliza porque un guardia le impedía recoger su bolsa de comida. El guardia la colocó en el exterior de la celda donde los alimentos se estaban descongelando y pudriendo al sol. Jean le pidió durante media hora que le metiese la bolsa pero el guardia se negaba, finalmente le insultó y entonces recibió una gran paliza.

Un colombiano, Wilson Marín, denunció telefónicamente a la fiscalía el maltrato físico que recibía y el jefe de la prisión, teniente coronel Julio Ibarra, junto con el capitán Sarmiento, responsable de disciplina, lo sentaron en una silla, le ataron manos y pies y le dieron una paliza.

Desde entonces se sancionó con prisión el hacer llamadas a la fiscalía.

Mutilaciones.

Es tal la tortura física y psíquica dentro de la prisión cubana que he visto personalmente a un cubano, en la prisión de Guantánamo, cortarse los testículos y lanzarlos al patio interior.

Otro se cortó los ojos con una cuchilla por qué pedía entrevistarse con el jefe de la prisión y éste respondió que no quería verlo, a lo cual el preso respondió que él era quien no quería verlo nunca más y se cortó los ojos.

A este punto sólo se llega tras sentencias interminables que no permite al preso pensar en un futuro en libertad, una vida continua de maltrato físico y psicológico, una alimentación pésima y en estado de putrefacción junto con la administración continua de psicofármacos que producen graves alteraciones de personalidad.

Todos estos relatos detallados los encontrarás en mi libro La Gran Prisión.

Inhumanas condiciones de vida.

Además del maltrato físico y sicológico en las prisiones de Cuba están las condiciones de vida. Las malas condiciones de vida que viven los reclusos en las diferentes cárceles y prisiones no son diferentes a la prisión de extranjeros La Condesa. La alimentación está muy por debajo a la estipulada realmente para seres humanos privados de libertad.

Los alimentos están mal elaborados y muchas veces descompuestos. Las kilocalorías requeridas no alcanzan nunca la dieta equilibrada, por lo cual hay gran número de reclusos bajos de peso y desnutridos en todas las prisiones.

Las condiciones higiénicas sanitarias son pésimas y en algunas prisiones hay alguna mejoría gracias a la atención de familiares que se ocupan en traer los recursos necesarios para la limpieza de los destacamentos o, como en La Condesa, donde son los mismos presos quienes pagan los productos de limpieza.

Las camas son de hierro en algunos lugares, pero en otros son literas echas de maderas. Los colchones en algunos centros son de esponjas y en otros de plástico rellenados con hiervas. La mayoría de los destacamentos están llenos de insectos, cucarachas, hormigas, ratas y chinches que se alimenta de sangre humana y crean diferentes enfermedades a estos seres humanos que se encuentran privados de libertad.

Trabajos forzados.

Los reclusos cubanos, que se encuentran en seguridad mínima, lo que conocemos como tercer grado en el mundo civilizado. Están ubicados en campamentos de trabajo forzoso en los que tienen que trabajar largas horas del día y sin recursos, ya que el calzado y la ropa de trabajo los tienen que buscar por sus propios medios. Es decir por sus familiares y si estos reclusos no cumplen con las severas normas de trabajo no reciben cada 45 días el llamado pase de estimulo. Lo cual es una obligación para el sistema de prisiones pero en los campamentos no se cumple. Es la llamada «ley del campamento».

En este tercer grado los presos son usados por el gobierno para trabajar en la agricultura; limpieza de marabú; corte de caña; recogida de mango; construcción y otras duras actividades. No les dan un salario que les permita cubrir sus necesidades básicas y pasan hasta tres meses sin cobrar, además les descuentan los elementos de aseo personal que les dan.

El sistema educacional en prisión es un globo, ya que todos los presos estudian para obtener una rebaja de sanción de dos meses por año, pero lo que es cierto es que una minoría de los reclusos estudian ya que todos saben que pasarán al siguiente curso sin estudiar, pues así está estipulado por la Dirección de Prisiones.

A los presos extranjeros en La Condesa les engañan hasta en esto. A ellos les animan a estudiar y hasta los castigan sin visitas si no estudian, pero no se les concede el derecho de rebaja de dos meses por año que estipula el Régimen de Prisiones.

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