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Cuba: La represión de una dictadura que lleva al suicidio.

En Cuba, la represión que aplica la tiranía o la democracia de partido único como le llaman en la ONU, lleva al suicidio.

Hace unas horas se desata la noticia de que un joven cubano se ha suicidado tras ser multado con cinco mil pesos (200 dólares) por vender productos agrícolas.

Se trata de un joven de Mayarí, una ciudad situada en la zona sudoriental de Cuba, en el centro este de la provincia de Holguín.

El joven es uno de tantos millones de cubanos que, sin recursos para subsistir, se dedican a la venta ambulante.

Estas personas no saben lo que van a poder comer sus hijos cada día y mucho menos pueden pagar al gobierno tirano una licencia de venta ambulante, por lo que se lanzan a la calle cada día con su carretilla a medio llenar de los productos que han podido cultivar o comprar a bajo precio para revenderlos.

La dictadura castrista va a por ellos.

No es una limpieza de personajes indeseables para la sociedad cubana, es una medida de represión para mantener al pueblo envuelto en una única preocupación. ¿Qué voy a comer hoy?. Esta política lleva al suicidio en Cuba.

El comunismo se basa en mantener al ciudadano dependiente del estado.

“Una sola clase social”, pregona uno de los principios fundamentales del comunismo. Esa clase social, de la que está exenta la millonaria cúpula que gobierna la nación, está condenada al hambre y a vivir de “papá estado”, en este caso de la revolución.

El estado no puede permitir que nadie gane un cuarto de dólar sin pagar sus impuestos y esto, que es puro capitalismo, se aplica en un país en el que el estado no proporciona las más mínimas condiciones básicas de sustento a sus ciudadanos. Ya no digamos que les facilite las posibilidades de desarrollarse para alcanzar una vida de prosperidad para su familia.

Suicidio por ahorcamiento

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El joven cubano, de 25 años, tras ser multado dos veces por intentar vender los plátanos que había conseguido con mucho esfuerzo, se vio metido entre rejas por no poder pagar las multas y optó por el suicidio.

El relato es el siguiente.

«Ayer 29 de marzo, en mi poblado de Guaro, aconteció un hecho realmente lamentable y doloroso. Un joven de 25 años de edad, Jorge Cachón Martínez, se suicidó por ahorcamiento. Este muchacho, con otro amigo, vendía viandas en una carretilla, pero como sabemos, esta actividad es ilegal, como todo en Cuba», cuenta Teresa Miranda en un texto compartido en la red social Facebook por Elena Larrinaga, directora de la Red Femenina de Cuba.

La mujer señala que el represor que multó al joven es conocido con el nombre de Góngora y que le impuso una multa de 5 mil pesos cuando vendía plátanos en la calle. Además le decomisó la mercancía. Asegura que vecinos de la comunidad dijeron que, presuntamente, el joven había sido sancionado antes por otro policía nombrado Tabuadita con una multa de 2 mil pesos.

Acorralado, en medio del hambre y la vida de perros.

«Este joven se vio acorralado, en medio del hambre y la vida de perros que estamos llevando, y no vio otra salida que la de quitarse la vida. Era huérfano de madre y padre», escribe Miranda en su texto y señala que las calles de Cuba, están llenas de represores, chivatos, inspectores y policías, «siempre prestos para hacer daño».

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«Todos estos Vampiros que le chupan la sangre al pueblo, solo saben acatar las órdenes de la Mafia Castrista, no hay en estos individuos, ni un ápice de sensibilidad humana. Para nada les importa el sufrimiento de este pueblo, que se muere de hambre y todo tipo de calamidad. Solo les interesa, apoyar a una tiranía asesina, que ha esclavizado a este pueblo, por más de sesenta años. A ellos les pagan por abusar del pueblo. Estos son los verdaderos mercenarios, son los que reciben los salarios más altos, como recompensa a este trabajo tan infame», expresó Miranda.

En su texto la cubana se refiere además a las multas y a la represión contra el campesinado cubano, indicando que en lugar de eso el Estado debería aceptar las demandas de este sector productivo «para acabar con la hambruna que en estos momentos, azota al país».

«La dictadura no vende comida al pueblo, tampoco permite, que otros lo hagan por su cuenta. Las mafias quitan todo tipo de derechos y libertades a la población, usando el hambre como mecanismo de control social, para mantener al pueblo dependiente del Estado, y así ellos, perpetuarse eternamente en el poder», indicó Miranda y dijo que la muerte del joven de Guaro, recae sobre los que le impusieron estas multas abusivas y sobre la mafia castrista.

Recaudación por sanciones a un pueblo sin comida.

Las autoridades de la provincia cubana de Villa Clara recaudaron en las últimas semanas al menos7 650 375 pesos en multasporinfracciones sanitarias y de “precios y tarifas”.

Dicha cifra se desagrega en más de dos millones de pesos correspondientes a 445 multas y otros casi 6 millones de pesos como resultado de 3.225 sanciones, impuestas bajo los decretos-ley 30 y 31, respectivamente, “reveló” a Juventud Rebelde una funcionaria de la dirección provincial de Finanzas y Precios.

También en La Habana se imponen multas a diestra y siniestra. Esta semana una madre con tres niños pequeños fue sancionada por no poner la fecha a un bote de agua con hipoclorito que estaba en uso en su centro de trabajo. Deberá pagar 1.500 pesos, pero se niega a hacerlo.

El suicidio es la única salida que algunos tienen en «la democracia cubana».

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