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Condiciones Higiénico-sanitarias de la Prisión La Condesa.

La Prisión La Condesa es la única prisión para extranjeros que existe en Cuba. Allí encarcelan a todos los extranjeros, independientemente de la provincia en la que los hayan detenido.

Prisión La Condesa
Control de Entrada a la Prisión La Condesa

Se encuentra situada en Güines, una población próxima a La Habana.

Se localiza en mitad del campo y su entorno es de familias pobres, aunque eso no es nada especial en Cuba.

La Prisión La Condesa tiene una capacidad de 250 internos, aunque se rebasa esta población carcelaria en ocasiones.

Prisión La Condesa
Vista aérea y detalle de La Condesa

Atención médica.

condiciones sanitarias en Cuba

Los salarios en Cuba son un tema interesante. Un médico cobraba hasta hace poco 30 $ al mes, ahora se lo han subido a 50 y un trabajador de hostelería gana unos 12 $ al mes, por tanto, no es de extrañar que haya un gran colectivo que ha decidido no hacer nada, vivir del turismo y de la caridad, ya que recogiendo un dólar al día cobra lo mismo que un médico.

Con esto nos hacemos una idea del grado de preocupación de estos profesionales por sus pacientes.

En la Prisión La Condesa solo hay un médico, un joven que sabe tanto de medicina como un albañil. Este muchacho trabaja desde las 10 de la mañana hasta las 12 del mediodía, dos horas al día. El resto del tiempo se queda un enfermero, el cual no asume ninguna responsabilidad pues si el médico no sabe nada, el enfermero menos.

Existe una sala de enfermería que se supone que es para meter a los enfermos, pero no lo hacen así.

Los enfermos siguen en las instalaciones generales, pasando su enfermedad y contagiando al resto de los compañeros.

La enfermería solo se usa para aislar en los cuatro cinco primeros días a los nuevos presos.

Para ilustrar mi explicación sobre los servicios sanitarios en La Condesa he pensado que nada mejor que copiar algunos fragmentos de mi vida allí, entresacadas de mi diario La Gran Prisión.

Prisión para cubanos de Guantánamo. 2 de septiembre de 2014, martes. Antes de trasladarme a La Condesa.

Tengo movilidad en dos muelas y, de vez en cuando se inflama, debe ser que le entra comida por el intersticio. Al día siguiente, al verme el jefe de servicio, pidió que viniese el médico y ni me exploró, ni se levantó de la silla, dos horas después me hizo llegar tres pastillas de paracetamol y el lunes me anotó para ver a la estomatóloga a las 8:00 de la mañana.

A esa hora avisé al guardia y me dijo que esperase un poco, a las 14:00 me hace llamar la estomatóloga, ya que no había ido y, si no me hubiese llamado, me dejan tal cual. Me recetó amoxicilina, metronidazol y dipirona, conseguí que me diesen lo que había, amoxicilina y paracetamol, me pregunto para qué harán una receta si no hay nada de lo que piden, pero eso es así en todo el país, además de que, hasta para comprar un paracetamol, necesitas hacer cola en el hospital y coger una receta médica, de otra forma no te venden en la farmacia.

Como el domingo por la mañana vino el jefe de la prisión, vestido de civil, junto con su mujer y me vieron con la cara muy hinchada, la mujer le dijo al teniente de guardia que me trajeran agua caliente con sal y el marido dijo que me mandaría un antibiótico que él tenía en su oficina. Por la noche el teniente me preguntó muy serio si había llegado el agua y me dio un ataque de risa, así que se retiró malhumorado, el antibiótico sí llego, una cajita con seis pastillas de ampicilina, hacía 30 años que no veía la ampicilina.

Para que se tenga una idea de cómo pasé el fin de semana, el sábado me dormí a las 22:00 horas y a las 04:30 de la madrugada, según mi apreciación, me despertó un militar, hablando como si tuviese la boca metida en un cubo de agua, pues no le entendía nada de lo que decía.

Logré entender algo de agua y le dije que no está llegando agua para llenar el bidón, siguió hablando en lengua incomprensible y por las señas entendí algo y le dije que me quedaba la mitad del bidón, entonces me pidió que le dejase el cubo que uso para que me traigan agua, se lo di y volví a mirar el reloj, eran las 23:30 horas. Hasta en sueños el tiempo va despacio. Cuando mi reloj biológico anunciaba las 4:30, faltaban cinco horas aun, es el aburrimiento en grado supremo. Así que, siguiendo con el agua, me llenaron el bidón, porque había venido un camión cisterna de bomberos y estaba bombeando a mi piso y aprovecharon.

Prisión La Condesa, 16 de septiembre de 2014.

Hoy le ha dado a Douglas un mareo, este es un inglés que tiene una pierna muy bonita gracias a un tiburón que consiguió matar con su arpón mientras se lo llevaba a las profundidades tirando con sus mandíbulas de la pierna, el caso es que, un preso, que es médico, lo auxilio, lo llevó en brazos a la enfermería y le hizo un test de glucemia y le puso oxígeno, todo eso porque aquí no hay médico, así que mejor no ponerse malo; pues bien, al llegar el médico a pasar consulta, le dijo que si le preguntaban sobre esto que dijese que él no hizo nada, ya que el médico emitió un informe confirmando que él lo había atendido. Eso se llama responsabilidad cubana.

Prisión La Condesa, 30 de noviembre de 2014, domingo.

Mi loco amigo Alberto se puso a contarme historias de La Condesa y contó lo que le pasó a un peruano que estaba muy feliz porque iba a «coger la pista», es decir que se iba a su país y deseaba bailar mucho, pues tenía dos juanetes en ambos pies y quería arreglárselos aquí.

Alberto le dijo que no lo hiciese, que el ortopédico era un inútil, que ya tenía muchos casos de desastre, pero él se empeñó, principalmente por no tener medios para operarse en su país.

Cuando volvió del hospital, el negro le contó que le habían puesto una música de radio bailable en el quirófano y él estaba feliz pensando en los bailes que se iba a pegar, pero de repente oyó pedir al médico la sierra, luego el martillo y el cincel y se asustó, pero como le habían puesto la raquídea no sentía nada.

Al anochecer los gritos del negro se oían en toda la prisión y el propio Alberto tuvo que suministrarle somníferos de él para soportar el dolor, pues allí no acudía nadie. Al día siguiente el negro lloraba de miedo por lo que le podían haber hecho, pero sus dudas se disiparon cuando le quitaron las vendas y vio que le faltaba el dedo gordo del pie, al médico se le había ido la mano y al cortar el juanete se llevó el dedo también, el negro lloraba preguntando qué sería de él, cómo ahora iba a ir a la playa a enseñarle el pie a las mujeres con un dedo menos.

Me cuenta Alberto que no tienen ni un lavabo en la sala de cirugía y me lo creo, después de haber visto la enfermería donde se hacen todo tipo de curas en la prisión de Guantánamo, algo asqueroso, la silla consistente en cuatro barrotes horizontales y cuatro patas soldadas y clavadas al suelo.

Otro caso, también curioso, fue el de un preso que se tragó una cuchara para que se lo llevasen al hospital y así salir de la horrible prisión, pero no consiguió tragársela del todo y se le quedó encajada en la tráquea, entonces se metió un alambre para intentar sacársela, total que al hombre se lo llevaron al hospital y lo tumbaron en una cama diciéndole que hasta el día siguiente no había médicos, que se esperase y así pasó la noche el muchacho con la cuchara a medio bajar y un alambre saliéndole por la boca, el cual, el enfermero, había doblado para evitar que acabase de tragárselo.

Prisión La Condesa, 20 de diciembre de 2014, sábado.

Son las 6:00 de la tarde, he pasado el recuento junto con Geoffrey, el francés de nacimiento, inglés de crianza, que está esperando juicio por las putas menores de edad, ya hablé de él, tiene cáncer de próstata, es hipertenso y diabético, pues bien, el hombre tuvo un vahído hace dos días.

No había médico, estaba la enfermera, incapaz de hacer nada, le miraba y todos la mirábamos a ella, finalmente fue a buscar un tensiómetro, no tenían ni una camilla, hubo que trasladarlo de pie hasta la enfermería, horas más tarde nos dijo que la enfermera le preguntaba  a él si debía de ponerle una inyección de vitaminas, no sabía qué hacer y fueron incapaces de trasladarlo al hospital. Desde aquel día no ha levantado cabeza, tiene unos 65 años y se mueve al ritmo de una tortuga, cuando siempre ha sido muy activo, me da pena por él y vergüenza de esta Cuba, ni siquiera le cogieron una vía ni un triste suero había para ponerle y lo peor, ni una mínima iniciativa por parte de la enfermera.

Este es “el país del mundo con más y mejores médicos”, a quién quieren engañar, a todos los que no vive aquí, a todos los que no han visto los hospitales sin agua corriente, con jeringuillas reutilizadas, sin algodón, ni esparadrapo, las tiritas no saben lo que es, así es esta Cuba y así me confirmaba, mientras me cortaba el pelo esta tarde, un buen amigo, que ha tenido que ir a varios hospitales por razones de salud en estos tres años que lleva aquí y me detallaba lo que acabo de escribir respecto a sus instalaciones. Qué engañados están los europeos y los sudamericanos respecto a Cuba, los únicos que lo conocen son los Estados Unidos y espero no equivocarme, porque sería una gran decepción que no fuese así.

Prisión La Condesa, 8 de enero de 2015.

Poco a poco fui pasando la gripe, hace dos días fui al médico, el cual me atendió sin siquiera mirarme la garganta, a pesar de que le dije que estaba tomando amoxicilina porque la tenía inflamada y se me había acabado, me dijo que esto era un proceso viral y me mandó tres medicamentos, un jarabe de áloe, una caja de cogrip -pastillas cubanas contra la gripe- y otra cosa más en líquido que no entendí en la receta que me hizo para dársela al enfermero. De todo ello, solo al día siguiente me dieron un jarabe, de lo otro no hay nada así que estoy curándome como siempre, con agua y cama.

Prisión La Condesa, 16 de enero de 2015.

Ayer, me contaba “chile”, un canadiense, como su novia, que es una doctora, le daba la razón cuando él le decía que esta gente (los del partido, uniformados y no uniformados) eran muy malos.

Ella, como digo, le daba la razón y le explicaba como tuvo que aprender a montar en burro pues la hacían ir a buscar los medicamentos a más de 20 km de distancia.

Me acordé de otra doctora que me contaba cómo para llegar a su consultorio -una triste casita, sin agua corriente- debía hacer un largo trecho a burro entre cañadas, aproximadamente una hora y después, bajar de nuevo a comer al pueblo para volver a ir por la tarde al consultorio, por lo cual no le daba tiempo y tuvo que pagar a una señora, que vivía a mitad de camino, para que le hiciese de comer, pues su casa era un cuartucho donde no tenía condiciones ni para cocinar.

Eso es un calvario que, al menos, durante un año, todos los médicos cubanos han de pasar para pagar al Estado el que la carrera no le haya costado nada y después de eso, conformarse el resto de su vida, con 30 $ al mes, ahora tras la subida ya lo han puesto en 50 dólares.

Prisión La Condesa, 20 de abril de 2016, miércoles.

Otro tema interesante es la situación de Eduardo, un canadiense que, con un problema coronario, fue retenido en Cuba en 2011 y en 2014 encarcelado con condena de tres años. Esta mañana el médico cardiólogo del hospital de la Habana le ha dicho que tiene 85% de obstrucción de las coronarias. En estos dos años de prisión no ha recibido dieta alimentaria. Ha tenido que comprar su propia comida y alternarla con la que aquí le dan, 100% grasa de cerdo y derivados. El reeducador Naranjito le ha acusado de estar «montando un circo». ¡Hay que ser inhumano e irracional!. Hace 35 minutos llamaron a la enfermera pues está completamente mareado. La gordita enfermera ha tardado en mover su 1,20 de altura y 1,10 de ancho, justamente 35 minutos. Lógicamente no hay médico, ¿para qué?.

El Tribunal Médico Provincial, tras evaluar su estado de salud, dictó un informe en el que dice que su vida «corre riesgo inminente por el 85% de obstrucción de sus coronarias y que su estado es incompatible con la vida en prisión». Dicho documento lo he leído personalmente. Su abogada elevó estas conclusiones médicas al Tribunal Supremo solicitando su excarcelación y expulsión del país y el tribunal respondió ayer que el estado de salud de Eduardo no es tan grave, por lo que se rechaza su solicitud ya que Cuba es una potencia médica mundial y tiene los especialistas y medios para hacer la intervención quirúrgica.

El post operatorio lo debe de hacer en prisión y por tanto Eduardo se niega, además de que argumenta que donde están esos medios pues, como comentaba Jorge, el médico ecuatoriano, «es penoso ver la sala de cirugía, en el hospital donde yo estaba había amputados y veías cientos de moscas encima del muñón».

Si la justicia ecuatoriana puso en libertad inmediatamente a Guaján por unas severas hemorroides arrastrando una condena de 15 años de la que había cumplido dos y medio en esta pocilga de prisión, cómo es que los cubanos, ante un enfermo de estas características y con cinco años de condena no lo liberan.

Eduardo pregunta que si esta es la medicina más avanzada del mundo por qué lleva un año esperando que le suministren la medicina que le recetó el especialista tras el chequeo. Lo mismo se pregunta Babeche con la orden del especialista de realizarle urgentemente fisioterapia y evitar pasarse el día con dolores.

También se lo pregunta el cojo del penal y tantos otros que aún están aquí y aquellos que tuvieron la dicha de irse de este submundo que es Cuba. Recuerdo a Alfredo, el peruano, con su muleta y su bolsita de plástico como las que dan en las tiendas, conteniendo su orina mientras salía a tomar el sol, sondeado con sondas que él mismo se veía obligado a comprar pues las que aquí le proporcionaban eran para miembro de caballo y le hacían sangrar produciéndole enormes dolores.

La mentira no puede materializarse en hechos tangibles, la verborrea es una máscara que jamás materializará las mentiras que pregona.

Prisión La Condesa, 10 de septiembre de 2016, sábado.

Anteayer me empezó el dolor de las hernias lumbares, algo que no me sucedía hacía muchos años. El enfermero, Pedro, me dijo que habían llegado antiinflamatorios y que si me encontraba mal subiese a la enfermería, a lo que le respondí que, al día siguiente, viernes, subiría a ver al médico.

El viernes el médico estaba enfermo y la enfermera, una estúpida, me dijo que no había antiinflamatorios.

Así que mintió y llevo tres días aguantando el dolor, sin un paracetamol que me pueda suministrar la enfermería. ¿Para qué hacen guardia estos pseudo profesionales de la medicina si no están dispuestos a darnos ningún medicamento?.

Esperaré al lunes con el catarrazo y el dolor a ver si vuelve el médico.

Esta es la asistencia sanitaria de primera clase de la que presume Cuba ante el mundo.

Alimentación en la Prisión La Condesa.

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Arroz con gusanos

2 de febrero de 2015, lunes.

Estos días estuve disfrutando de las sobras de la comida del miércoles que me trajo mi mujer, cuatro días me duró, qué rico y qué tristeza ver las caras de la gente cuando volvían del comedor.

Todos vienen diciendo algo, desde el «vaya mierda», que es lo más generalizado, hasta los simples gestos de levantamiento de cejas o movimientos de cabeza en plan abatimiento y desde las 17:00 hasta las 7:00 de la mañana siguiente no ingerimos ni un vaso de leche.

Bueno eso no se ingiere a no ser que estés enfermo y te mande el médico régimen, en ese caso te dan un vaso de leche, la del resto es agua de soya que tiene color blanquecina y sabe a harina y, hablando de agua, llevamos 20 días tomando sopa de hervir maíz, eso es el agua de hervir una mazorca de maíz y constituye la sopa, después te ponen como plato fuerte la mazorca y punto final. El otro día vino una visita de inspección que ni se dignaron entrar a vernos, se quedaron en las oficinas, fuera del recinto amurallado, pero nos pusieron pollo para enseñarle la comida a los visitantes. A mí me tocó comerme el culo del pollo, justamente el culo y nada más, auténtica grasa y hueso.

Prisión La Condesa, 28 de junio de 2016, martes.

El asunto de la comida de ayer ha traído consecuencias. Eran las 11:45 horas cuando llegaba al destacamento el mayor Redi con el capitán Guzmán y nuestro reeducador el teniente Naranjito.

Entonces nos llamó, había reunión con el mayor Redi en la cocina. Allí nos dijo que no iba a permitir actitudes colectivas y que, si a alguien no le gustaba la comida, que se metiese la lengua en el culo y no hiciese ningún comentario, que en el penal nadie se había quejado y él mismo había probado el picadillo de carne y estaba delicioso.

Que no abriésemos una guerra, pues él tenía el ejército cubano y nosotros éramos 11 por lo que la guerra estaba perdida. Dijo que, si él tuviese que rechazar algo porque huele mal, nos rechazaría a muchos de nosotros. Que en nuestros países estamos comiendo carne, carne y más carne, pero en Cuba ni su hijo ha probado la carne de vaca, pues está reservada para enfermos y que tenemos que comer lo que hay y no hacer ningún comentario si no nos gusta. Que somos presos sin derechos y todos los oficiales tratan de hacernos la vida lo más agradable posible, pero todo se puede endurecer y que Cuba es el país del mundo con mayor longevidad y comen arroz, picadillo y frijoles y no pasa nada.

Prisión La Condesa, 29 de junio de 2016, miércoles.

Después del episodio de las amenazas del mayor, a causa de la comida y, como era picadillo lo que olía a podrido, su perversa mente no ha ideado otra estupidez que ponernos picadillo en las tres últimas comidas y también jamonada, otra porquería que ha sobrado entera y los gatos han agradecido.

Me he hecho un panecillo con la jamonada, le he dado dos bocados y lo he puesto en la cacerola de la comida de los gatos. Intragable. Este mediodía, intentando descubrir de qué está hecho ese picadillo, pues dicen que es carne molida y yo estoy aburrido de comer carne molida en espaguetis y en albóndigas y la carne sigue siendo carne, así que estaba intrigado, cogí una cucharada, puse un poco en mi boca y lo paladeé lentamente intentando percibir los sabores.

Primero un poco y noté un solo sabor a vinagre, a ácido. Después volví a esforzarme, busqué mentalmente el sabor de la carne y lo comparé con lo que tenía en la boca, de nuevo un solo sabor, ácido. Eso no puede ser carne, si lo es no sé de qué parte del cerdo será, pero ni picada ni sin picar, eso es algo incomestible, aunque para el mayor esté deliciosa, como él mismo la calificó.

Prisión La Condesa, 3 de octubre de 2016, lunes.

Sin duda aprovechan para quitarse de enmedio todo lo que no tenía salida antes, como ese carnero que nos siguen poniendo y que se acaban comiendo los gatos porque huele a podrido. Comida almacenada invendible pero que los presos no pueden rechazar y que se elimina de los almacenes en pocas semanas alimentando a los millones de presos existentes.

Me recordaba Jorge, mientras asentía el sargento de guardia, que las ayudas gratuitas que mandan otros países son vendidas al pueblo, recordándome el día que encontró en una tienda una lata de sardinas que su país, Ecuador, había enviado etiquetada con la leyenda de «prohibida su venta» y que tras llamar al gerente e indignarse desaparecieron al día siguiente, seguramente trasladadas a otro punto de venta.

Prisión La Condesa, 12 de enero de 2016, jueves.

Para hacer más agradable mi estancia en prisión, hoy han puesto una sopa, cuyo sabor no me puedo quitar de la boca ni con chocolate, ni con café, un intenso olor a corral de cerdos y un sabor similar al que se debe de sentir al pasarle la lengua por el culo a dicho animal, lo cual me ha hecho levantarme sin probar bocado, el plato «fuerte» era una cucharada de soya. Nos matan, de una manera u otra, nos matan. Moisés dice que ha vuelto a encontrar gusanos en el arroz de la comida. Qué bien que yo veo mal sin gafas.

Prisión La Condesa, 12 de noviembre de 2016, sábado.

He vuelto del comedor sin cenar, igual que a mediodía sin comer. El olor de la sopa es repugnante. Hay que ver para creer, la gente con la nariz tapada con los dedos y comiéndose el arroz. Insoportable el olor a podrido.

Condiciones Higiénicas en la Prisión La Condesa.

Área de aseo y retrete en celda de prisión cubana

18 de mayo de 2016, miércoles.

El calor que está haciendo es insoportable, no baja de 35° y los famosos 10° menos de las tardes cubanas han desaparecido. Los cuatro ventiladores de techo son incapaces de renovar el aire caliente que almacena el techo de uralita y entrar en el destacamento es recibir una bofetada de aire caliente sin oxígeno. Fuera no se puede estar, los árboles están sin hojas y no hay sombra, las hormigas te comen vivo y los mosquitos te llenan de picaduras, las moscas se te meten por las narices, no te puedes duchar porque es peor, entonces te devoran, adoran chupar la humedad de la piel y el pelo y se te amontonan por docenas sobre el cuerpo.

Los alacranes salen por todas partes y hasta una escolopendra del tamaño de un bolígrafo se encontraron en una cama hace unos días.

Al entrar al penal para ir a clase vi una tarántula muerta del tamaño de una mano, algo horrible si te pica.

Prisión La Condesa, 23 de mayo de 2016, lunes.

Me acabo de tragar una mosca que estaba en el café y me he acordado de que este mediodía, al abrir la tapa de uno de los contenedores de comida, en el que venía el postre, esa mermelada aguada que nadie se come, salió una plaga de moscas que había sido “envasada” directamente de la cocina, para que se haga uno a la idea de cómo está esa cocina y encima los cocineros lo ven y en vez de sustituirla, tapan la olla así y nos la manda como a los cerdos .

Prisión La Condesa, 4 de julio de 2016, domingo.

El calor sofocante de 35° dentro del destacamento nos ha hecho pasar un día depresivo. Nada que hacer desde las 7:00 de la mañana, vueltas y más vueltas, intentas dormir en un charco de sudor mientras las moscas te comen y el agua de la ducha sale hirviendo.

En el chocolate de la mañana, aguado como siempre, puse tres cucharadas de chocolate en polvo del que me trae mi mujer. Al removerlo, siempre se queda chocolate sin disolver en forma de grumos y esta mañana, ese grumo era una cucaracha, así que empecé el día con proteínas que se aumentaron con una mosca en el trago del café. Habilidosamente la puse entre el labio y los dientes para poder ingerir el café sin tragármela. Ya soy un experto.

Prisión La Condesa, 12 de noviembre de 2016, sábado.

He vuelto del comedor sin cenar, igual que a mediodía sin comer. El olor de la sopa es repugnante. Hay que ver para creer, la gente con la nariz tapada con los dedos y comiéndose el arroz. Insoportable el olor a podrido.

Quizás sea por eso por lo que hay tantas moscas. Sobre la meseta de la cocina he matado más de 200 con un matamoscas de plástico. Caían al suelo y allí se juntaban otras tantas a devorar los cadáveres, otras tienen sexo con las muertas ¿pero qué clase de moscas son estas?, nadie se lo explica.

Al volver del comedor había otras 200 sobre la meseta. Son miles de miles.

Prisión La Condesa, 24 de enero de 2017, martes.

21:05 horas. Debe de haber unas 5000 moscas ahora mismo en el destacamento. Solo en la viga del techo del área de lavabos, de aproximadamente 1 m, he contado 600, no me han dejado acabar el puro, incansablemente regresan a posarse sobre el pelo, las orejas, la cara, acabas estresadísimo, las de las piernas las dejo en paz para que no me piquen la cara, ahora mismo hay 45 en mi cama, las paredes del techo están plagadas de ellas, a esta hora buscan donde dormir y los ventiladores les molestan así que van a refugiarse a la cocina y lavabos. Es impresionante la falta de sanidad en la que vivimos. No me quiero imaginar la cocina de la prisión porque ya la he visto plagada por miles de moscas sobre los alimentos. ¡Qué desastre de país!.

Prisión La Condesa, 28 de marzo de 2015, sábado.

Me he quedado divagando con mis pensamientos, después del desayuno, sobre si me iba a hacer músculos o me quedaba a aprovechar el sábado sin la reeducadora y su maldita inspección.

Así es que, después de lavarme los dientes, me he dispuesto a coger papel y boli, lapicero -como le llaman los cubanos al bolígrafo- y he observado una cucaracha diminuta dando vueltas en la taquilla, así que me he ido a donde suelen hacer el nido, que es la tapa de plástico de un cubito que uso para guardar las cosas de aseo y que no la quito, para poder tener controlada «la granja de cucarachas».

Le he dado unos golpes contra el suelo y han salido más de 30, después otro tanto y así hasta que no salieron más. Calculo que he matado unas 80 o 90 cucarachas y una madre preñada, pero me faltaba el padre, y por la cantidad de hijos he calculado que había más de una pareja, así que he sacado la ropa con sus perchas y me he quedado helado al ver unas 10 cucarachas grandes. Despacio, para que cayesen una a una y poder irlas matando, porque si caen todas al unísono corren cada una para un lado y siempre se te escapa la mitad, comencé a mover la camisola y así fueron cayendo y muriendo. Después saqué otra prenda y esa solo tenía dos que también maté. ¡Asesino!.

Prisión La Condesa, 19 de abril de 2015, domingo.

Por otro lado, llevamos comiendo sangre de cerdo todo un mes, la de hoy estaba especialmente asquerosa, el compañero que la repartía con la mano no conseguía poner rodajas enteras pues estaba demasiado blanda, como cruda y además se partía.

La he probado, pero me ha dado asco y a mi mente ha llegado la imagen de las manos del que las repartía, llenas de restos de sangre entre las uñas y las palmas de las manos. Asqueroso. Aquí todo es así, cada detalle está aliado con el sistema socialista para conseguir acabar minuto a minuto, segundo a segundo, con tu dignidad, con tu integridad mental.

Las moscas, los mosquitos, la comida, los olores, el calor, los gritos, la suciedad, la falta de agua, las amenazas, las peleas entre compañeros, las cucarachas, las hormigas, todo parece un engranaje infalible para destrozarte psicológicamente y así me encuentro, mal, muy mal, deprimido, con ganas de apagar la luz e irme para siempre, dejar toda esta mierda de vida llena de sinvergüenzas, este mundo hipócrita, infeliz.

Prisión La Condesa, 12 de octubre de 2015.

Después localicé un criadero en una caja vacía de maíz inflado para desayuno, por lo menos maté a 30 entre adultos e hijos y otro foco lo localicé dentro del envase de los bastoncillos de los oídos, pese a estar perfectamente cerrado habían encontrado su hábitat allí y me habían cagado en todos los algodones, dejándolos inutilizables. Las ahogué y a las que huyeron las aplasté, espero que esta noche no me despierten esas patitas corriendo por mi espalda o las piernas que me rompen el sueño en lo más dulce. Malditas cucarachas.

Consejos para los familiares y presos.

Prisiones cubanas
Celda en prisión cubana

En esta vida todo es superable, excepto la muerte.

Al llegar allí, en una tremenda depresión, el enfermero Pedro me dijo: «asúmelo, mentalízate o no lo resistirás».

Son palabras que no entiendes hasta que pasan muchos meses. No se puede luchar contra los hechos. Tampoco pidas un juicio justo. No sueñes con un abogado que te defienda, porque el abogado es un asalariado del gobierno, es un fiscal más.

Has caído en las redes de la falta de derechos humanos de Cuba y ya nada se puede hacer. Lucharás hasta agotarte, pero de nada servirá.

Solo te queda tener paciencia. Vivirás de la esperanza continuamente, pero lo más probable es que no llegue lo que deseas.

Pide el traslado a tu país. Eso se resuelve en algo más de un año.

La conducta del preso debe ser de mucho autocontrol porque diariamente, desde el amanecer hasta la hora de dormir estás bajo estrés, bajo presión y maltrato sicológico constate por parte de los guardias. El objetivo de ellos, para lo que están instruidos, es que pierdas el control y así poder meterte otra condena de tres meses.

Con esa condena ya pierdes el derecho a salir del país al cumplir el 50% de la condena. Tendrás que cumplirla entera y además no tendrás derecho a la rebaja de dos meses por año, aunque eso da igual porque siempre se retrasan de 4 a 6 meses en concederte la libertad tras cumplir el 50%. Lo peor es tener que cumplirla completa.

A los familiares les aconsejo que no dejen de apoyar sicológicamente al preso. El calor de una llamada telefónica es suficiente. Si se puede ir a visitarle, hacerlo.

Mantener contacto con el Consulado de vuestro país en La Habana, aunque poco o nada suelen resolver.

Y siempre un mensaje de esperanza al familiar en prisión: DE AQUÍ SE SALE. CADA DÍA ES UNO MENOS. SÉ FUERTE.

Los que no van a salir nunca son ellos, los cubanos, que pasarán su vida entre miseria, castigando psicológicamente a los presos mientras les quitan la comida, los cigarrillos y la salud por el odio que nos tienen al no poder tener una vida digna.

Pero ellos se lo han buscado porque durante 60 años han sido incapaces de hacer nada contra su gobierno. Al contrario, están muy orgullosos de la Revolución.

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