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Palestina. Historia del conflicto árabe-israelí

Palestina es la llave del conflicto árabe- israelí. Un conflicto político y militar que ha durado 75 años, 4 meses y 28 días desde el 14 de mayo de 1948 hasta la fecha actual (14/10/2023). El conflicto se refiere a la tensión política y los conflictos armados entre el Estado de Israel y sus vecinos árabes, en particular los palestinos. La definición, historia y posibles soluciones son materia de permanente debate y los problemas que incluye varían con el tiempo. Actualmente, Israel tiene tratados de paz vigentes con Egipto y Jordania que garantizan su convivencia. Asimismo, tiene tratados de alto el fuego firmados con el Líbano, Siria y Arabia Saudí que, si bien no reconocen la existencia de Israel, sí que han supuesto en la práctica un mecanismo eficaz para el cese de las hostilidades.

Durante más de quince siglos, el pueblo judío vivió dividido en varios países del mundo, especialmente en Europa, en lo que se conoce como la diáspora judía. La convivencia de estos con el resto de europeos no siempre fue fácil, y las persecuciones y pogromos, especialmente en la Europa del Este a finales del siglo xix, fueron determinantes para la aparición y auge del sionismo político, que reclamaba un Estado propio para todas las comunidades judías dispersas por el mundo. Los sionistas culturales subrayaban la importancia que tenía convertir a Palestina en un centro para el crecimiento espiritual y cultural del pueblo judío. En la época en la que se fundó el sionismo, Palestina formaba parte del Imperio otomano y estaba habitada por árabes, cristianos y musulmanes en su gran mayoría, así como por una pequeña comunidad de judíos religiosos que, aunque minoritaria, tenía una implantación significativa en la ciudad de Jerusalén y en sus alrededores.

El último reino independiente de los judíos fue el del Rey Herodes, en el siglo uno antes de Cristo. Este fue dividido entre sus hijos a su muerte e incorporado progresivamente en el Imperio romano a lo largo del siglo I, en ocasiones de forma violenta. Como cuando Tito, el futuro emperador, hubo de poner sitio a Jerusalén en el año 70. Los judíos protagonizaron una nueva revuelta liderada por Bar Kojba en tiempos de Adriano.

La diáspora judía

Entre los años 132 y 135, sometidos los rebeldes, el emperador ordenó la muerte de sus líderes y el exilio del resto de los judíos. Considerándose este el momento del inicio de la diáspora judía por todo el Mediterráneo.

Hay que señalar que esto de exiliar de sus tierras originales a las tribus derrotadas era una práctica común en el Imperio romano.

Sin embargo, hemos de ser conscientes de que estos exilios de la antigüedad no podían ser sistemáticos. Y, si bien es cierto que, en el caso de los judíos, muchas comunidades hebreas se instalaron por doquier tras la revuelta de Bar Kojba, otras muchas quedaron viviendo en Palestina, donde se agudizó su helenización, es decir, adquirieron la lengua y las costumbres griegas, como ocurrió con el resto del Imperio romano de oriente, más tarde conocido como Imperio bizantino.

El auge del cristianismo en el siglo III también favoreció en cierta medida el del judaísmo, con lo que surgirían nuevas comunidades hebreas, no fruto ya de la diáspora, sino por conversión.

La ocupación de Palestina por parte de los árabes musulmanes

Pero cuando el cristianismo se convirtió en religión oficial del Imperio romano en el siglo IV, el judaísmo, al igual que otras creencias del imperio, empezó a perder importancia. Hasta el punto de que los judíos, como los seguidores de otras religiones, comenzaron a ser perseguidos.

Se denomina como Imperio romano de Oriente, Imperio bizantino o, simplemente, Bizancio a la mitad oriental del Imperio romano desde el 395, que pervivió durante toda la Edad Media y el comienzo del Renacimiento. Su capital se encontraba en Constantinopla Las tensiones entre los judíos y las autoridades bizantinas hicieron que los judíos vieran con buenos ojos la ocupación de Palestina por parte de los árabes musulmanes en el siglo VII.

ocupación de Palestina por parte de los árabes musulmanes en el siglo VII.

Mapa del Imperio bizantino en el año 550, bajo el reinado de Justiniano.

Lo mismo ocurriría en la Hispania visigoda un siglo más tarde, donde los judíos también habían sido perseguidos y también recibieron con cierto alivio la llegada de los musulmanes.

Conquistada Palestina en el siglo VII, la cultura helenística cedió su lugar a la árabe.

El griego dejó de ser la lengua franca de aquel territorio y pasó a serlo el árabe, que fue la lengua común de los habitantes del lugar, hasta bien entrado el siglo XX.

En 1917, cuando se produjo la declaración Balfour, los habitantes de Palestina ya fueran cristianos musulmanes o judíos, hablaban básicamente árabe.

La ocupación de Tierra Santa por los cruzados en el siglo XII supuso la persecución por igual de judíos musulmanes e incluso cristianos orientales.

Los siguientes señores de Palestina, los ayubíes, los mamelucos y los otomanos, todos ellos musulmanes, recuperaron la entente cordial entre religiones previa a las cruzadas.

Los musulmanes tenían todos los derechos y el resto, cristianos y judíos, se les permitía mantener su religión con limitaciones y previo pago de un impuesto especial.

Los judíos asentados en tierra cristiana eran sometidos a unas condiciones más duras que las de los sultanatos islámicos, además de periódicas expulsiones conocidas como pogromos.

Los judíos fueron expulsados de Francia en el siglo XII y de nuevo en el siglo XIV; de Inglaterra, en el siglo XIII; en el siglo XIV de Alemania y Hungría, y en el siglo XV de Austria, de varios Estados italianos y de los reinos hispánicos.

Esto provocó que las principales comunidades judías de la edad moderna quedaran o se concentrasen en los Países Bajos y Polonia, o emigraran directamente al Imperio Otomano y sus Estados vasallos, como los reinos del Magreb.

El auge de los nacionalismos del siglo XIX volvió a provocar nuevas oleadas antijudías por toda Europa, por considerar que los seguidores de la Ley de Moisés rompían la homogeneidad que se buscaba para los Estados, nación que fundamentaban su legitimidad en una cultura, una lengua y una religión.

Comienza entonces el interés por la creación de un territorio judío propio que podría ubicarse en Palestina.

El origen del sionismo

A mediados del siglo XIX un rico financiero británico de origen judío, Moses Montefiore, viajó a Tierra Santa para conocer a las comunidades judías que aún permanecían allí, poniendo en marcha algunas medidas para mejorar sus condiciones de vida.

La labor de Montefiore se considera el origen del sionismo, el movimiento encaminado a conseguir la creación de un estado judío.

Un movimiento que se puso en marcha a finales del siglo XIX tras el caso Dreyfus.

Alfred Dreyfus fue un militar francés acusado falsamente de espionaje. en su condena influyó el hecho de ser judío.

La creación de un Estado judío

Un periodista austrohúngaro, Theodor Herzl, también judío, siguió de cerca el caso y ante la injusticia manifiesta, abogó por la creación de un estado judío donde todos los judíos del mundo pudieran vivir en paz.

Herzl murió mucho antes de ver su propósito realizado, si bien es cierto que entre los lugares para ubicar su futuro estado estaba la Siria otomana, dentro de la cual se incluía Palestina.

Tras las mejoras aportadas por Montefiore la comunidad judía de Jerusalén a mediados del siglo XIX a finales de esa centuria y comienzos del siglo XX empezaron a llegar colonos judíos de fuera de Palestina que adquirían legalmente tierras a los habitantes del lugar, que eran en su mayoría musulmanes, aunque también había cristianos.

Palestina

Mientras eso ocurría, en el seno del Imperio otomano se abrió el debate nacionalista y algunos miembros de las diferentes comunidades que formaban el imperio empezaron a solicitar autonomía para sus territorios.

Es en ese momento se van fraguando los diferentes Estados balcánicos, desde Serbia hasta Bulgaria, y se produce el auge del nacionalismo armenio, que habría de sufrir el genocidio de 1915, y del mundo árabe.

El mundo árabe partía de un elemento común, la lengua árabe, y otro mayoritario, el islam.

Pero a partir de ahí presenta una amplia heterogeneidad que ha marcado las disensiones de ese mundo arabófono durante todo el siglo XX.

La creación de un hogar nacional judío en Palestina

Hasta la Primera Guerra Mundial, la progresiva llegada de nuevos colonos judíos a Palestina fue observada con relativa inquietud por los intelectuales árabes del lugar.

Si, por un lado, esos colonos permitían el desarrollo del territorio, por otro, se convertirían en una fuente de inestabilidad de cara a la futura nación árabe.

El 02/11/1917, en plena Primera Guerra Mundial, el ministro de asuntos exteriores británico, Arthur Balfour, remitió una carta a Lord Rothschild, líder de la comunidad judía inglesa.

Esta carta, conocida como Declaración Balfour, anunciaba el apoyo del gobierno británico a la creación de un hogar nacional judío en Palestina.

Con esta medida, los británicos buscaban el apoyo de las comunidades hebreas, sobre todo las de Estados Unidos, en contra de los imperios centrales y muy especialmente contra el Imperio Otomano, quien controlaba Palestina desde el siglo XVI.

Palestina

Dos años antes de la declaración Balfour, en 1915, Henry McMahon, un alto comisario británico en Egipto había remitido una serie de cartas al jerife de la meca Husayn Ibn Ali, con objeto de promover una revolución árabe en contra del dominio Otomano, desde los territorios de la península arábiga hasta Siria, territorios que, en su mayor parte, finalizada la guerra, quedarían bajo el dominio de Husayn, incluida, por supuesto, la propia Palestina.

La falsa promesa británica

De esta forma, los británicos habían prometido a dos grupos diferentes, los judíos de Rothschild, por un lado, y los árabes de Husayn, por el otro, el mismo territorio para la configuración de sus futuros Estados.

Sin embargo, el gobierno británico estaba dispuesto a no cumplir con ninguna de sus promesas, pues en el año 1916 se firmó el acuerdo secreto Sykes-Picot, conocido oficialmente como el Acuerdo de Asia Menor entre Francia y el Reino Unido, por el que estos dos países se dividían las posesiones del Imperio Otomano en el Creciente Fértil, quedando la zona del Líbano y Siria en manos de los franceses, mientras los ingleses se reservaban el gobierno de los actuales, Irak, Jordania, Palestina e Israel.

Palestina

Todos estos acuerdos se hicieron públicos a finales de 1917.

La Primera Guerra Mundial concluyó un año más tarde.

El inicio del conflicto por Palestina

Francia y Reino Unido se dividieron el territorio, como habían pactado en el acuerdo Sykes-Picot, pero tanto los árabes de Husayn como los judíos no estaban dispuestos a perder lo que les habían prometido.

De este modo arrancó el conflicto por Palestina, que perdura hasta el día de hoy.

Tras la Primera Guerra Mundial, la correspondencia entre McMahon y Hussein, favorable a la gran nación árabe, que incluía Palestina, y la declaración Balfour, que entregaba una parte de esa Palestina a los judíos, condujo a que la situación se deteriorase con rapidez.

Entre 1917 y 1948, Palestina quedó bajo el mandato británico.

En ese momento, el 80% de la población eran musulmanes, un 15% judíos de los que unos pocos tenían raíces ancestrales en Palestina y muchos eran inmigrantes llegados en las décadas previas.

El resto pertenecían a diferentes sectas cristianas y de otras creencias.

La lengua franca que empleaban para comunicarse entre ellos era el árabe.

En los años 20 se creó Agencia Judía para la Tierra de Israel para favorecer la inmigración de judíos a Palestina, sobre todo desde Europa.

La respuesta árabe a la inmigración judía a Palestina

Esta afluencia, cada vez más numerosa, provocó la reacción de los extremistas musulmanes, dirigidos, entre otros, por Hajj Muhammad Amin al-Husayni de Jerusalén, quien auspició las matanzas de 1929, donde fueron asesinados varias docenas de judíos, sobre todo en Hebrón, y también murieron varias docenas de musulmanes en la represión organizada por la policía británica.

Otra consecuencia de estos hechos fue la consolidación de la Haganá como fuerza de autodefensa judía y embrión del futuro ejército de Israel entre 1936 y 1939.

Con la inmigración judía hacia Palestina, acelerada por las persecuciones auspiciadas por la Alemania Nazi, se produjo la gran revuelta árabe que trataba no solo de frenar esa inmigración, sino de expulsar tanto a los británicos como a los judíos de Palestina.

logotipo de IRGÚN/ETZEL

La gran revuelta provocó la muerte de miles de palestinos musulmanes y de cientos de británicos y judíos, así como la aparición de grupos extremistas judíos como el Irgún popularmente conocido como Etzel, que decidieron ir más allá de las labores de autodefensa de la Haganá para tomar la iniciativa contra otros palestinos mediante acciones terroristas.

De esta forma se iniciaba abiertamente el conflicto entre las futuras comunidades, Israel y Palestina.

Un conflicto opacado por la Segunda Guerra Mundial, pero que estalló con furia al terminar esta, cuando el movimiento sionista aceleró sus planes de crear un estado judío tras haber sufrido el genocidio nazi, al tiempo que los árabes trataban de formar sus propios Estados, que habían sido rechazados tras la Primera Guerra Mundial.

La Comisión Peel

Derrotada la Alemania nazi en 1945 y desvelado el genocidio judío en los campos de concentración, la Organización de Naciones Unidas, creada ese mismo año, puso en marcha una comisión que buscase dar un hogar a los judíos, al tiempo que buscaba también una solución para la creciente violencia en Palestina.

La Comisión Peelre comendó la creación de dos estados separados, uno judío y otro árabe, en Palestina. La recomendación fue aceptada por los líderes judíos, pero rechazada por los líderes árabes. La violencia continuó y finalmente condujo a la partición de Palestina en 1947

Se decidió la creación de dos Estados, uno para los judíos, que englobaría la franja costera entre Haifa y Tel-Aviv, la orilla occidental del Mar de Galilea y el desierto del Néguev y otro para el resto de la población palestina, musulmanes y cristianos araboparlantes, que se quedarían con la Franja de Gaza, Cisjordania y el área de Nazaret.

La zona de Jerusalén permanecería bajo el mandato de la ONU.

Palestina

La partición del territorio fue aprobada 29/11/1947 y los británicos se retiraron de Palestina 15/05/1940 y un día antes David Ben Gurion leía la declaración de independencia de Israel.

El inicio de la guerra árabe israelí

Al día siguiente, Israel fue invadida por cinco ejércitos árabes, lo cual marcó el inicio de la guerra árabe-israelí, conocida por los israelíes como guerra de la independencia. Aproximadamente 1000 libaneses, 5000 sirios, 5000 iraquíes y 10000 soldados egipcios invadieron al recién creado estado.

Cuatrocientos soldados transjordanos, por su parte, ayudados por voluntarios sirios, libios y yemeníes invadieron el corpus separatum, rodeando Jerusalén y sus alrededores.

En un cablegrama oficial del secretario general de la Liga Árabe al secretario general de la ONU el 15 de mayo de 1948, los estados árabes aseguraron que su objetivo era crear un único estado árabe en Palestina, en lugar de lo acordado por la resolución 181 que proponía la creación de un estado árabe y otro judío.

Israel, Estados Unidos y los soviéticos calificaron la entrada de los ejércitos árabes en Palestina como una agresión ilegal. El secretario general de la ONU, Trygve Lie, aseveró que aquella era «la primera agresión armada desde el final de la Segunda Guerra Mundial».

El 26 de mayo de 1948 se constituyeron las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), quedando unificadas las fuerzas paramilitares de la Haganá, Palmaj, Lehi e Irgún.

La lucha terminó en 1949 con una serie de alto el fuego, produciendo líneas de armisticio a lo largo de las fronteras de Israel con los estados vecinos y creando los límites de lo que se conoció como la Franja de Gaza (ocupada por Egipto) y Jerusalén Este y Cisjordania (ocupados por Jordania).

Los estados árabes circundantes se negaron a reconocer a Israel, por lo que sus fronteras se quedaron sin establecer.

De esta manera, el principio de los dos Estados, auspiciado por la ONU, no se materializó en 1948, porque la parte correspondiente a la Palestina independiente fue ocupada por los otros países islámicos limítrofes.

Desplazamientos masivos de la población. La Nakba.

El final de la guerra de 1948 supuso un importante desplazamiento de numerosas comunidades.

Los judíos que se habían asentado en los territorios cedidos a la futura Palestina hubieron de emigrar a Israel, donde fueron rápidamente integrados. Los palestinos que habían quedado en el territorio cedido a Israel, más aquellas otras zonas que los israelíes ocuparon durante la guerra, sobre todo en el norte, también se vieron obligados a emigrar.

Un desplazamiento que afectó a casi la mitad de los antiguos habitantes de Palestina y que es conocido como la Nakba, que traducido quiere decir, el desastre.

Muchos de estos desplazados terminaron por ser instalados en campos de refugiados en Gaza, Cisjordania o los países vecinos, donde permanecieron durante décadas y donde en muchos casos aún viven sus hijos y nietos.

El nacimiento de la OLP

En 1952 llegó al poder en Egipto Gamal Abdel Nasser, quien nacionalizó el Canal de Suez cuatro años después.

Nasser tomó la decisión de nacionalizar el canal como respuesta a la negativa de Gran Bretaña a apoyar la construcción de la Gran Presa de Asuán, su proyecto estrella, que debía abastecer de electricidad al país. Esto desencadenó una crisis global que terminó con una guerra entre Egipto y una alianza formada por el Reino Unido, Francia e Israel que ocuparon la península del Sinaí hasta la orilla del propio canal con el concurso de la ONU.

Los coaligados se retiraron y, pese a la derrota, Nasser se convirtió en el líder del mundo araboparlante, impulsando un proyecto de unidad política panarabista que abogaban por la desaparición del Estado de Israel.

Es entonces cuando surge la Organización para la Liberación de Palestina, la OLP, bajo la tutela de Egipto, que englobaba diferentes grupos nacionalistas palestinos preexistentes, incluido el partido secular Fatah, a veces llamado Al-Fatah, liderado por Yasir Arafat.

Las agresiones de los nacionalistas palestinos arreciaron, así como los contraataques israelíes, hasta que Israel decidió declarar la guerra a sus vecinos aliados de los palestinos.

Esta fue la Guerra de los seis días de 1967, donde Israel derrotó a los egipcios, a los que arrebató Gaza y el Sinaí, a los sirios ocupando los Altos del Golán, y a los jordanos que perdieron la Cisjordania.

Palestina

De esta manera, toda la Palestina del mandato británico quedó bajo control israelí.

La derrota provocó la radicalización de la OLP, cuyo cuartel general se encontraba en Jordania y estaba ya capitaneada por Arafat.

En septiembre de 1970, el ejército jordano lanzó una ofensiva masiva para recuperar el control de territorios en manos de combatientes palestinos. La operación, conocida como Septiembre Negro, fue una respuesta a la creciente inseguridad y tiroteos en Amán, la capital jordana, causados por los fedayines palestinos. El objetivo era eliminar la resistencia palestina del reino hachemita. La ofensiva condujo a la eliminación de la resistencia palestina del reino hachemita y a la expulsión de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) de Jordania.

La OLP se trasladó primero a Siria y más tarde al Líbano.

Fue entonces cuando se agudizaron los ataques terroristas de algunas facciones de la OLP, siendo el más conocido de todos ellos el asesinato de varios atletas israelíes en Múnich durante las olimpiadas de 1972, mientras tanto, en Egipto, muerto ya Nasser, su sucesor, Anwar al Sadat, consideró que era el momento de resarcirse de la derrota de 1967.

Estalló así en octubre de 1973, la guerra del Yom Kipur, en la que los ejércitos de Egipto y Siria fueron nuevamente derrotados.

Esta nueva guerra, que provocó una crisis económica mundial cuando los países árabes productores de petróleo decidieron subir el precio del crudo ante el apoyo del mundo occidental a Israel, dejó a la OLP como el único representante reconocido de los palestinos.

También abrió el camino de la paz entre Israel y Egipto, firmada en 1979 a instancias del presidente Jimmy Carter en Camp David y que supuso la devolución del Sinaí a Egipto.

La OLP en el Líbano

Mientras tanto, en el Líbano en 1975, los enfrentamientos entre las diferentes comunidades religiosas del país habían desembocado en una guerra civil que fue aprovechada por la OLP que estaba allí asentada, en aquel momento, para rearmarse y realizar numerosos ataques sobre Israel.

Los israelíes terminaron por invadir el Líbano en 1982, expulsando a la OLP en 1985, que hubo de refugiarse en Túnez.

Antes de eso, en 1979, en Irán se había producido la Revolución Islámica, abanderada por el ayatolá Jomeini.

Los iraníes, pese a no ser un país árabe, habrían de convertirse en una de las principales fuentes de financiación de los grupos palestinos más extremistas hasta la actualidad.

Intifadas

Intifada es el nombre popular de las rebeliones de los palestinos de Cisjordania y la Franja de Gaza contra Israel. Los objetivos de estos levantamientos están sujetos a debate: mientras unos sectores señalan que tienen como objetivo liberar los territorios palestinos de la ocupación israelí, otros sectores opinan que el objetivo de fondo sigue siendo la destrucción de Israel y con ello su fe, dada la pugna judeo-islámica. Estos alzamientos se encuentran entre los aspectos que más han influido en el desarrollo del conflicto árabe-israelí en las últimas décadas.

La primera Intifada y la creación de Hamás.

En 1987, con los dirigentes de la OLP exiliados en Túnez y los rivales de Israel muy debilitados estalló en forma de revuelta popular la violencia de baja intensidad que se vivía en los territorios ocupados,.

logotipo de Hamás

Los palestinos protestaron contra las pésimas condiciones de vida a las que estaban sometidos por las autoridades israelíes.

Fue el inicio de la Primera Intifada que habría de extenderse hasta 1993 y en la que se creó una nueva Organización Nacionalista Palestina muy radical llamada Hamás, hoy declarada como grupo terrorista por muchos países

Las imágenes televisadas mostraban batallas callejeras entre palestinos y miembros de las Fuerzas de Defensa de Israel, en la que los palestinos atacaban con piedras y otros objetos al ejército de Israel, y este respondía con armas de fuego, de ahí el nombre de «Guerra de las piedras» o «Piedras contra balas»; la violencia decayó en 1991 y tocó a un fin más completo (aunque no decayó totalmente) con la firma de los Acuerdos de Oslo (13 de septiembre de 1993) y la creación de la Autoridad Nacional Palestina.

La segunda Intifada

La Segunda Intifada, que se ha dado en llamar Intifada de al-Aqsa, empezó en septiembre de 2000 como respuesta a la visita del político Ariel Sharón a la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén.

Este acto fue interpretado como una provocación por los palestinos, quienes reaccionaron arrojando piedras a las fuerzas israelíes. La represión tuvo como resultado 7 palestinos muertos, provocando así violentas insurrecciones a lo largo de la Línea Verde.

Fue terminada oficialmente el 24 de febrero de 2005. Esta segunda intifada dejó más de 5000 palestinos (en su mayoría civiles) y más de 1000 israelíes muertos. Además, la victoria de Israel significó el aislamiento definitivo de la Franja de Gaza.

La tercera Intifada

El viernes 8 de diciembre de 2017, el líder de Hamás, Ismail Haniya, pidió a los palestinos que participaran en una tercera Intifada a través del denominado «Viernes de Furia», motivada por la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital del Estado de Israel.

Dicha decisión fue duramente criticada por la totalidad de los gobiernos árabes y musulmanes, como así también de países occidentales que comparten la idea de que Jerusalén debe ser una capital compartida por Israel y por un futuro Estado de Palestina.

Las diversas críticas señalaron que este movimiento de la administración Trump, lejos de incentivar el diálogo entre las partes, sólo logró generar una nueva ola de violencia y tirar por la borda todos los esfuerzos de los anteriores gobiernos norteamericanos en materia del conflicto en cuestión.

Las protestas fueron masivas tanto en Cisjordania y Gaza como en todos los países musulmanes.

Las Fuerzas de Defensa de Israel reprimieron a los manifestantes en Gaza y Ramala.

Intifada de los cuchillos

Protagonizada mediante hechos violentos (manifestaciones con proyección de piedras y pequeños objetos explosivos, represión con gas lacrimógeno y balas de caucho, asesinatos o intentos de asesinatos de israelíes con armas de fuego o armas blancas, ejecución extrajudicial de los agresores palestinos utilizando fuerza letal, tiros contra manifestantes palestinos contrarios a las colonias, o la utilización de camiones o automóviles para atropellar y asesinar a ciudadanos israelíes, destrucción de casas y hogares palestinos) entre palestinos e israelíes a partir de septiembre de 2015 hasta el estallido de protestas de 2018 a 2019.

Operación “Diluvio de Al-Aqsa” Ataque de Hamás a Israel

El 7 de octubre de 2023, el grupo terrorista Hamás lanzó una ola de ataques con cohetes y envió miles de combatientes armados que consiguieron penetrar el territorio de Israel por la frontera sur.

Más de 5000 cohetes fueron lanzados desde la Franja de Gaza contra Israel, según el brazo armado de Hamas, que declaró haber iniciado la operación “diluvio de Al-Aqsa”. “Decidimos poner fin a todos los crímenes de la ocupación (de Israel), su tiempo de arrasar sin rendir cuentas terminó”, afirmó el grupo.

La ofensiva dejó cerca de 600 muertos y centenares de heridos, además se estima que al menos 100 personas resultaron secuestradas.

Terroristas armados palestinos consiguieron burlar la defensa israelí, penetrar en su territorio y provocar centenares de muertes en las primeras 24 horas.

Hamás ha lanzado muchos ataques contra Israel en el pasado y con numerosas tácticas, pero los expertos dicen que nunca intentó algo tan audaz.

Se trata de un ataque sofisticado y brutal, lanzando cientos de misiles antes de penetrar en territorios israelíes.

El asalto a la Franja de Gaza implicó también operaciones marítimas y aéreas.

El Ejército israelí, que respondió con ataques aéreos en Gaza, informó que las fuerzas navales habían matado a decenas de militantes palestinos que intentaban penetrar el territorio israelí por mar.

La frontera entre Israel y la Franja de Gaza está fuertemente fortificada y era de suponer que la valla rematada con alambre de púas era una barrera para evitar exactamente el tipo de infiltración que tuvo lugar en este ataque.

Sin embargo, los militantes de Hamás se abrieron paso con excavadoras, cortando agujeros en los cables y entrando a Israel desde el mar y en parapente.

La infiltración de militantes palestinos en territorio israelí le permitió al grupo islámico no solo causar víctimas mortales en el interior de Israel sino también tomar rehenes.

Hamás dijo que tiene 53 «prisioneros de guerra».

La retórica de los líderes israelíes y palestinos marca la gravedad de estos enfrentamientos:

  • Netanyahu dijo que el país estaba en guerra y que esto no se trataba de una operación o una escalada.
  • Y el presidente palestino, Mahmud Abás, dijo que su pueblo tiene el derecho de defenderse del «terror de colonos y tropas de ocupación».
  • El comandante militar de Hamás, Mohammad Deif, anunció el inicio de la operación en un comunicado en el que llamó a los palestinos de todo el mundo a luchar. «Este es el día de la mayor batalla para acabar con la última ocupación de la Tierra», dijo.
  • Por su parte, el ministro israelí de Defensa declaró que «las tropas están luchando contra el enemigo en todos lados» y autorizó la llamada a filas de los reservistas.

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