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Machismo en Cuba en el día internacional de la mujer.

machismo en Cuba

El Día Internacional de la Mujer se celebra el 8 de marzo en todo el mundo. Conmemora la lucha por la igualdad, la participación y el empoderamiento de la mujer en todos los ámbitos de la sociedad.

El lema de Naciones Unidas en 2021 es «Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la COVID-19».

Se trata de visibilizar los enormes esfuerzos que realizan mujeres y niñas en todo el mundo para forjar un futuro más igualitario y recuperarse de la pandemia de la COVID-19.

Al margen de las circunstancias actuales que la pandemia ha causado en todos los países, el día internacional de la mujer representa el reconocimiento de la mujer en nuestra sociedad.

Más allá de los fines políticos y de movimientos extremistas que intentan soslayar el papel del hombre en la sociedad, marginándolo bajo el pretexto de dar paso a la mujer y con ello provocando un enfrentamiento de géneros nunca antes visto, debemos de pensar en la lucha “mano a mano” de ambos géneros para complementarse en todos los aspectos sociales y familiares.

A la mujer en la sociedad cubana actual le corresponde ser más proactiva.

Desde el Parlamento cubano exponen el machismo en Cuba y no se les ocurre otra cosa, en este día tan señalado, que regañar a la mujer por su falta de “proactividad” y lanzarles misivas sobre lo bien que están en Cuba y lo mal que están en otros países. Como si las mujeres cubanas fuesen estúpidas y siguiesen creyendo esas patrañas del comunismo radical.

Les hablan de aquellas mujeres que viven en la opresión, la violencia y la sumisión como si esta no fuese la realidad de la Cuba actual.

Para las cubanas el 8 de marzo significa muchas cosas, nos hace recordar lo que fuimos, lo que somos y, sobre todo, lo que no debemos ser; nos permite compararnos, ver cuánto hemos crecido, cuánto hemos alcanzado, lo que hemos conquistado y lo que hemos aportado a esta sociedad con nuestro quehacer; pero también nos compromete a seguir luchando por nuestros derechos, y no solo por los nuestros, sino también por los de aquellas que aún viven en contextos de desigualdad, de opresión, de violencia, de sumisión, de inexistencia social…, a pesar de la época ¨avanzada¨ en la que vivimos, donde al parecer todo se desarrolla, todo menos las conductas arcaicas y patriarcales que continúan imperando en gran parte del mundo.

Acoso, abuso y violencia contra la mujer en Cuba.

machismo en Cuba

Todavía hoy, la mayoría de las mujeres en Cuba desconocen sus derechos individuales y muy pocas saben lo peligroso que resulta cobrar conciencia de ello. El machismo en Cuba se manifiesta no solo mediante diversos modos de acoso, abuso y violencia contra la mujer, sino que existe una estructura para combatir a quienes no bajen la cabeza y acepten el poder que el hombre ejerce en sus vidas cotidianas.

Desde muy temprano las madres pierden la potestad de decidir si se internan o no a sus hijos, si van o no a una guerra, qué estudian o cuáles riesgos pueden correr lejos de la casa durante años esenciales del crecimiento.

Los padres y madres perdieron la palabra sobre modales, religión, costumbres y tendencias ideológicas. Las opciones son abrazar el gregarismo o morir aplastada.

En las clases de comunismo científico les enseñan que la familia es el centro fundamental de la sociedad, pero en la vida real la familia ha dejado de serlo, sustituida por los compañeros de albergue del seminternado, del núcleo de la Unión de Jóvenes Comunistas, de la Unión de Pioneros y cualquier otra organización de masas.

Que te griten es normal, que te toquen es normal, que te ordenen es normal.

machismo en Cuba

El machismo en Cuba no permite que las cosas mejoren al salir de la escuela. El invasivo modo en que son tratadas por ciertos hombres delante de cualquiera resulta un acto de vejación. Que te griten es normal, que te toquen es normal, que te ordenen es normal pues aquí todas son subordinadas.

¿Es casualidad que no aparezcan mujeres en la lista sucesoria del gobierno de Cuba? No, porque el “machismo-leninismo” ha triunfado. En la secundaria básica un profesor de preparación militar dijo:

“Aquí mandan los hombres porque esta Revolución la hicieron los hombres”.

Pero la mujer cubana posee una gran fuerza y desde las guerras independentistas fue valerosa e insurrecta.

En la actualidad, ser mujer en Cuba sin quedarte callada sigue siendo muy complejo.

El machismo en Cuba es tan profundo que está arraigado en las propias mujeres, que son vigiladas también por mujeres, amigas o familiares, compañeras de trabajo o vecinas reclutadas para hacer informes, denunciar y difamar. Es lamentable porque las propias informantes desconocen sus derechos e ignoran que, delatando, juzgando, pegando y reprimiendo o censurando a otra mujer se condenan ellas mismas.

Se habla del maltrato de la mujer árabe, de la vejación a mujeres y niñas indígenas, pero nadie sabe lo que vive una mujer cubana, en pleno siglo XXI, simplemente por decir lo que piensa.

La aceptación del machismo-leninismo en Cuba.

Mientras el «Me Too» ha causado una revolución mundial, las cubanas todavía viven en el “Yo tampoco” o la aceptación involuntaria del “machismo-leninismo en Cuba”.

El hombre cubano aprendió a descalificar a la mujer de modo fulminante.

Son ya varias generaciones de cubanos adoctrinados y convencidos de que la mujer ha sido liberada por la Revolución y no necesita nada más.

Hoy, la utopía de una revolución en decadencia las amordaza; hablar las convierte en traidoras y malagradecidas. Realizar trabajos independientes al Estado las vuelve sospechosas.

No hay una solución a la vista para cambiar esta problemática que se ha enquistado en la sociedad por el machismo que preconiza el estado en Cuba. La Federación de Mujeres Cubanas (FMC) tutelada entre 1960 y 2007 por la fallecida Vilma Espín, esposa del expresidente Raúl Castro.

El Cenesex, fundado en 1989 y dirigido por su hija Mariela Castro Espín, vincula sus objetivos en asuntos de género y sexualidad a los esquemas ideológicos del Estado.

Pero es hora de discutir las necesidades de la mujer y sus circunstancias particulares con imparcialidad e independencia de la agenda política gubernamental. Entre otras cosas porque el concepto del macho autoritario vestido de verde olivo está enraizado en las entidades de las que depende esa transformación. El endémico machismo en Cuba es políticamente correcto.

Debate público sobre la mujer cubana.

El objetivo de un debate público sobre la condición de la mujer cubana debe ser modificar leyes, establecer demandas por maltrato, sea quien sea el responsable, entidad o persona, hacer posible reclamar derechos que en otras latitudes son normales en el siglo XXI.

Desde tener una sala de hospital limpia y con agua corriente para dar a luz y una pensión para las mujeres divorciadas y con hijos coherente con los precios del mercado hasta prohibir que te despidan del trabajo por expresar tus opiniones e ideas políticas libremente.

No hay que pasar por alto aspectos tan cotidianos como prevenir y castigar el abuso psicológico y físico a nivel personal, estatal e ideológico.

Mujeres en Cuba, rehenes de un estado machista.

Nacer y crecer bajo un sistema de control disfrazado de paternalismo no es fácil: te acarician y te pegan, te educan y te prohíben, te ilustran y censuran con violenta ternura.

Las mujeres en Cuba son rehenes de un Estado que actúa como padre maltratador, retrógrado y machista, al que hay que pedir permiso y perdón.

La visión degradante de la mujer es lo más natural. Hay hombres a los que les cuesta trabajo elogiar a una mujer si no pueden calificarla de “bella dama”.

El machismo en Cuba hace que sea habitual, y hasta “gracioso”, que el piropo devenga vulgar acoso callejero, del que, claro está, se culpa a la mujer cuando viste de manera “provocativa”. Hay jueces que han considerado que una violación pudo haber sido “provocada” así por la víctima.

Encuesta sobre igualdad de género en Cuba.

En 2016, el Centro de Estudios de la Mujer y la Oficina Nacional de Estadísticas e Información realizaron una encuesta sobre igualdad de género en Cuba.

Según el estudio, un 27,9 % de las cubanas declara haber recibido algún tipo de maltrato físico, psicológico, sexual o económico en los 12 meses previos a la entrevista.

El sondeo se efectuó en una muestra representativa de casi 20.000 mujeres y hombres de 15 a 74 años, repartidos en diferentes territorios del país.

Resulta alarmante que un 77,6% de los hombres y un 80,1% de las mujeres considerasen que la violencia hacia ellas se justificaba, entre otras supuestas razones, por infidelidad o por incumplimiento de las tareas del hogar.

Para colmo, un 39,6% de ellas y un 43% de ellos entiende que la violencia contra la mujer dentro de la pareja es algo en lo que ni otras personas ni las instituciones se deben entrometer.

Y llaman la atención algunos mitos que persisten: el 67% considera culpable de la violencia el consumo de alcohol por parte del hombre y el 60,6% afirmó que la mujer soporta malos tratos porque los disfruta y no por miedo.

La Asamblea Nacional del Poder Popular, debatiendo sobre el nuevo proyecto de Constitución, se refirió explícitamente a la no discriminación por razones de género y sexo, y a la responsabilidad del Estado en la facilitación de condiciones para esa igualdad.

Aunque varios diputados comentaron que el Estado no tiene la capacidad para garantizar el respeto a la igualdad en todos los planos de la existencia y el entramado social, pues muchos de los prejuicios existentes están arraigados en la conciencia de las personas, donde es imposible imponer una regla.

En 60 años se han agudizado las desigualdades.

Lo cierto es que en los últimos 60 años se han agudizado de algún modo las desigualdades que había en la sociedad antes de 1959.

Sabemos, por ejemplo, que la representatividad femenina, como la racial, en los órganos de gobierno es del todo manipulada. Sin embargo, en la mayoría de los países del hemisferio podemos ver un número creciente de mujeres ascendiendo a las más altas instancias del poder por méritos propios.

Mientras tanto, en la vida cotidiana, el machismo tóxico sigue arruinando la vida de muchas mujeres y envileciendo a tantísimos hombres.

El informe «Cuba ante La Agenda 2030” de la periodista y escritora cubana María Matienzo presenta evidencia del incumplimiento del régimen cubano del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 5) de Naciones Unidas, que concierne a la igualdad de género.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que son 17 en total, se adoptaron por todos los miembros de la ONU en el 2015 como un llamado para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas tengan paz y prosperidad paz para el año 2030.

El informe, presentado en un evento virtual de la organización Raza e Igualdad, busca llamar la atención sobre la situación de las mujeres y las niñas cubanas que quedan por fuera de las estadísticas que proporciona el estado a los organismos internacionales, en las que se da la imagen de una equidad que no existe.

En su informe, la periodista señala que a pesar de que el gobierno cubano dice que se han cumplido los ODS al pie de la letra, la realidad contrarresta el discurso estatal y evidencia que Cuba “aún no ha logrado la igualdad de género, y tiene una deuda pendiente en el empoderamiento de mujeres y niñas”.

Matienzo dice que, a pesar de que Cuba es firmante y ha ratificado la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, el ordenamiento legal vigente no contempla como delitos la violencia, el maltrato o el feminicidio.

Activistas denuncian inoperancia del Estado en lucha contra violencia machista

La Red Femenina de Cuba dio a conocer un nuevo de feminicidio en la isla, el cuarto en lo que va de año 2021, un hecho que reaviva el reclamo de una Ley contra la violencia de género en Cuba.

En esta ocasión el crimen ocurrió en el Hotel Santiago en la provincia de Holguín, perteneciente a la Empresa Provincial de Alojamiento y Gastronomía.

«Hemos conocido sobre el último caso de feminicidio ocurrido en la isla de Cuba. Desde la Red Femenina y la Alianza Cubana por la Inclusión, nos sigue preocupando el aumento de todos los casos de feminicidio en la isla. Recién culminamos el 2020 y pudimos contabilizar sobre 25 feminicidios ocurridos en Cuba. Ahora, pues no ha acabado enero del 2021 y ya este reportaría el número cuatro: dos en Pinar del Río y dos en la provincia de Holguín.

Es lo que hasta el momento hemos contabilizado y reportado desde los observatorios de género de la Red Femenina, la Alianza Cubana, Alas Tensas, la Plataforma Yo sí te creo en Cuba», declaró Marthadela Tamayo, miembro de la Red Femenina de Cuba a Radio Televisión Martí.

La activista mencionó que parte de las tareas de estas organizaciones contra la violencia de género, la violencia machista, la violencia que sufre la mujer cubana es exigir al Estado cubano una ley integral de género.

«El Estado cubano invisibiliza totalmente esta situación, se ampara en decir que tiene programas de avance para el enfrentamiento de la de las violencias contra las mujeres. 

Pero mientras existan estos casos de feminicidios, de abusos, de violaciones, de todo lo que está ocurriendo y ha venido aumentando principalmente tanto en la pandemia, en la etapa de aislamiento social, como en toda esta esta etapa, pues no vemos que hay una respuesta positiva ni una voluntad política por parte del Estado cubano para tomar en cuenta esta situación», denunció Tamayo.

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